Dice Sara Gallardo, directora de Por un plato de habas, que esta película no sólo ha ayudado al proceso de recuperación de sus cuatro protagonistas sino que ella misma, también superviviente de violencia de género, y cualquier mujer que se enfrente al metraje saldrá reforzada del visionado. Reforzada y, quizás, más sabia, entendiendo lo que a veces es complicado de comprender si nunca has sido colocada en el ojo de ese tremendo huracán que son las violencias machistas, que arrasan con todo.

Porque Marina, Gracia, Emma y Mayte han tenido la generosidad de dejarse acompañar por la cámara, “a veces invisible”, de Relatoras Producciones en sus diferentes procesos de recuperación para mostrar el contenido “de esa mochila que decimos tantas veces que cargamos”. “Queríamos ver qué hay dentro y ayudarlas a liberarse de esa carga, escuchar qué sienten, qué piensan y qué herramientas han utilizado para llegar hasta ahí”, explica Gallardo sobre el espíritu de un documental “de superación y empoderamiento” como tildaba la concejala de Feminismos y LGTBIQ+, Lorena Garrón.

Y es que Por un plato de habas, un documental de 33 minutos donde se recoge el testimonio positivo de cuatro mujeres supervivientes de la violencia de género, forma parte del I Plan Municipal contra la Violencia de Género “y ha sido grabado dentro de los actos Noviembre, libre de violencias machistas, organizado por la Fundación Municipal de la Mujer”, informaba la concejala.

Un documental que este martes se presentó a los medios de comunicación y que tendrá su estreno el próximo sábado 19 de diciembre, a las 12.00 horas, en la Sala 5 del Espacio de Creación Contemporánea (ECCO), con entrada gratuita previa reserva en el correo electrónico o en las mismas redes sociales de la Fundación Municipal de la Mujer.

Los asistentes a la cita tendrán la oportunidad de conocer a Marina, una joven, veintipocos años, con carrera universitaria, trabajadora y que sufrió una relación que se tornó “muy violenta en un corto periodo de tiempo”; a Gracia, una mujer con dos hijos que huyó de Sevilla para llegar a Cádiz a una casa de acogida donde salió adelante “y actualmente es empresaria, tiene un restaurante bastante conocido en la ciudad, La veganesa”; a Mayte, “una mujer que ha sufrido dos ictus a causa del maltrato psicológico al que ha estado sometida y que se está recuperando de sus problemas físicos”; y a Emma, “una mujer cubana que también llegó a Cádiz víctima de violencia de género”, traza Gallardo los perfiles de las protagonistas.

“No se trata de un documental de testimonios, si te digo, quizás esté más cerca de un documental de observación, sin llegar a serlo”, describe la directora de Relatoras Producciones el aspecto formal de la obra. Así, su cámara acompaña a estas mujeres en el viaje de cada una hacia la superación con un equipo “todo formado por mujeres” para seguir preservando esa red de confianza que se tejió en el trabajo previo al rodaje que se celebró en el Castillo de Santa Catalina.

“En este sentido, tenemos que agradecer la labor de Charo Ruso, experta en género y coach de empoderamiento, que preparó a estas mujeres”, reconocieron tanto Garrón como Gallardo.

Un año muy duro

La concejala de Feminismos y LGTBIQ+, Lorena Garrón, confirmó que desde la Fundación Municipal de la Mujer se ha vivido “un año muy duro” en materia de asistencia. Así, asegura que las consultas “sobre todo” con la trabajadora social, además de con la psicóloga, “han aumentado con respecto al pasado año”.

“Durante el confinamiento, las mujeres que sufren violencia de género han estado 24 horas con su agresor por lo que desde la Fundación habilitamos otros medios de contactos además del teléfono porque entendíamos que hablar quizás les resultara más complicado en esa situación, así que pusimos un número de whatsapp y un correo electrónico”, recordó Garrón que además aseguró que en casos más extremos incluso "se llegó a personar la abogada” de la Fundación en el domicilio de la persona que lo necesitaba.