Cádiz

La doble vida de Jenaro Jiménez

  • El empresario que fingió su desaparición formó una familia en Paraguay y tuvo una hija con la ganadora de un concurso de belleza

  • Montó con ella una bodega de venta de bebidas alcohólicas

La documentación de de Jenaro Jiménez.

La documentación de de Jenaro Jiménez.

Jenaro de la Misericordia Jiménez Hernández llegó a Paraguay, el caluroso mediodía del 14 de abril de 2008. Había volado desde la ciudad brasileña de San Pablo hasta la capital paraguaya de Asunción, utilizando el vuelo 707 de la empresa aérea TAM. Fue el inicio de la surrealista historia del gaditano en el país sudamericano.

De Jenaro a 'Álvaro'

En sus primeros días en Paraguay, Jenaro Jiménez se hospedó en un hotel del centro de la capital. En una de sus salidas conoció a Rossana Villalba, una ex reina de belleza de una comunidad autonómica del país, que trabajaba como dependienta en el Shopping Mariscal López, del exclusivo barrio Villa Morra. Pero Jenaro se presentó allí a Rossana como Álvaro Domecq y Carbajal.

"Él se llama Álvaro, yo lo conozco por Álvaro Domecq" dice la ex miss, en medio de su asombro, al enterarse a través nuestro de que el hombre que la conquistó es en realidad un impostor, que está procesado por la justicia española.

Rossana Villalba tiene 28 años y vive en una sencilla casa ubicada en el barrio Reducto de San Lorenzo, ciudad que está a 20 minutos de Asunción.

La mujer aún no deja de salir de su incredulidad, cuando le exhibimos la fotografía de Jenaro, a quien reconoce como el hombre sencillo y de carácter muy apacible que la fue conquistando con sus palabras.

Rossana Villalba también recuerda que Jenaro le decía que estaba en Paraguay porque se había cansado de vivir en Madrid, y quería hacer algunas inversiones fuera del país.

La mujer asegura que el empresario le dijo que tenía una familia en España, pero no le mencionó a ninguna esposa ni hijos.

Tras conocerse y empezar a salir como pareja, Jenaro se mudó a vivir con Rossana, primero a la casa de los padres de ella, para luego vivir en el local comercial que alquilaron, donde abrieron una bodega de venta de bebidas alcohólicas en el kilómetro 14 de la ruta internacional número 1. El negocio sigue funcionando hasta ahora.

La mujer también nos comenta que Jenaro no tenía otros amigos y que tampoco malgastaba el dinero que le dijo que había traído para invertir.

Los padres de Rossana la acompañan en nuestra entrevista. Don Florencio y doña María Antonia también están incrédulos al enterarse de la verdadera historia de quien conocieron como Álvaro y a quien le tomaron tanto cariño.

"Dios mío" exclama con tristeza María Antonia, al enterarse de todo lo que planificó el empresario para huir de Cádiz, abandonando a su familia española.

Don Florencio también está asombrado ya que confiesa que llegó a tener mucha simpatía por Jenaro, a quien calificó como una persona formidable.

Pero la sorpresa de ésta familia pasó a ser la nuestra, cuando Rossana nos muestra en un carrito de bebés a la pequeña Antonia Isabel, la beba que nació el 13 de junio pasado, como fruto de su relación con el empresario gaditano.

La mujer también recuerda que a los pocos días del nacimiento de la beba, Jenaro le dijo que debía viajar con urgencia a España para resolver algunas cosas.

"Nació la niña y después ya se fue" nos dice mientras mira con una mezcla de ternura y tristeza a la pequeña que duerme en su carrito, ajena a toda la historia que la envuelve no solo afectivamente.

Es que la ex reina de belleza no sabe ahora qué hará, ya que su hija lleva legalmente en Paraguay el apellido Domecq, debido a que fue inscripta por ambos en el registro civil, y para ese trámite el empresario utilizó un supuesto DNI español, emitido bajo la falsa identidad de Álvaro Domecq.

De 'Álvaro' a Jenaro

Poco es lo que se sabe de las actividades del empresario español desde fines de junio cuando abandonó a su pareja paraguaya, hasta su salida del país.

Jenaro Jiménez dejó finalmente Paraguay el 11 de agosto de este año. Lo hizo a través del mismo aeropuerto en el que llegó y utilizando su verdadera identidad.

Vivió casi 16 meses de manera clandestina en el país, y por permanecer mucho más tiempo del que estaba autorizado, sólo abonó una ínfima suma como multa: 162.000 guaraníes, unos 23 euros al cambio actual

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