Las clínicas y consultas de medicina privada de la ciudad mantienen el tipo a pesar de la crisis. Aunque a partir de este nuevo año ha empezado a notarse de forma clara en algunas especialidades concretas, como es la Oftalmología, la mayoría consiguen mantener el número de pacientes, y otros, incluso aumentan su actividad.

Como se ha señalado, la capacidad para soportar la nada favorable coyuntura económica depende más bien de la especialidad médica a la que se haga referencia, pero también, según creen los profesionales, de la experiencia y de la calidad que se ofrece al paciente.

Los datos que publicaba a final del pasado año este mismo periódico, en este caso en referencia a la totalidad de la provincia y poniendo más atención en las asegurados y en los hospitales privados, ya señalaban una buena tendencia. Entonces, aunque a menor ritmo, la tónica seguía siendo el crecimiento. Precisamente a este aspecto también hacen referencia los médicos de consultas privadas, que reciben muchos pacientes de seguros sanitarios, lo que les garantiza también el buen funcionamiento.

Del total de ocho clínicas y consultas de especialistas consultadas, tres reconocieron un descenso, aunque no muy acuciado, de su actividad. Otras tres afirmaron que su cupo de pacientes crece, aunque tímidamente. Las dos restantes dicen que han dejado de crecer, pero que mantienen el nivel de trabajo.

José Alfonso Martos, gerente de Relaciones Institucionales de Dadisa, especialistas en diagnóstico por imagen, afirma que hasta noviembre no habían notado ninguna crisis. Sin embargo a final de diciembre los datos apuntaron un descenso del 12% en el número de exploraciones y un 13% en la facturación. A 28 de enero, explica Martos que la caída ha sido mayor: un 23% menos de exploraciones que en enero y febrero del pasado año y un 38% de descenso en la facturación.

El representante de Dadisa achaca la situación a que en época de crisis "el ciudadano en lugar de pagar dos veces la sanidad, la pública y la privada", decide, en este caso, esperar para hacerse la prueba. Añade que ellos sí han notado un descenso en la utilización de seguros privados.

A pesar de su situación, destaca Martos que en vez de optar por la reducción de plantilla sus profesionales se están dedicando a formarse y a realizar evaluaciones de calidad. En su empresa están convencidos de que "esto nos dará una situación de ventaja que nos permitirá mejorar y convertir la crisis en una oportunidad".

Tecnoláser del Sur es otra de las empresas afectadas. El gerente de la clínica oftalmológica, Aurelio Gordillo, apunta que la demanda ha disminuido a partir de enero. En su caso se hace menos cirugía refractiva. Como lo explica Gordillo, "si existe un problema como unas cataratas hay que operar, pero cuando es algo como llevar gafas o no, la gente opta por esperar". La tendencia es similar en todo el país, apunta. De hecho es una cuestión que se abordará en el próximo congreso nacional de esta especialidad.

El área de la Cirugía Estética es otra de las que sí han visto la crisis, aunque tampoco mucho. Tratándose de intervenciones que en ningún caso son urgentes ni necesarias por cuestiones de salud, como confirma Carmen Gil de la clínica del especialista Andrés Ramos, se nota un poco, pero menos de lo que esperaban. Apunta entre un 20% y un 30% de descenso de actividad, aunque continúan haciendo cirugías tres días en semana. Para ella la clave está, primero, en que "el doctor Ramos tiene 30 años de experiencia y la gente está contenta con sus servicios; conocemos muchos casos de clínicas estéticas que han tenido que cerrar".

En la clínica del doctor Lobatón, conocida sobre todo por la especialidad en Alergología, están estables. Se ha paralizado el crecimiento, pero mantienen el número de pacientes. Así lo señala el médico Francisco Moreno que apunta que esta es la forma en la que ellos están notando una crisis que sin embargo entiende real. Esto, añade, por cuanto empieza a notarse en las aseguradoras, que no decrecen pero tampoco crecen, y en el aumento de peticiones de medicamentos genéricos. Pone como ejemplo de que sí hay una cierta contención al padre que, aunque también padece alergia, prefiere llevar al hijo.

Los especialistas sanitarios que ejercen como asociados en la Clínica Astarté no perciben por su parte la recesión económica. Antonio López, al frente de la Unidad de Gastroenterología, confirma que mantienen el nivel de actividad. Señala que el 90% de sus pacientes proceden de las compañías aseguradoras y que estas conservan a sus clientes.

Fisioterapia y Osteopatía San Severiano también funciona con normalidad. Aunque han apreciado menos demanda en febrero, Miguel Ángel López dice que no se debe a la crisis, si no que es una tendencia común en los primeros meses del año. Por contra, siguen viendo una media de 38 pacientes al día (son cuatro fisioterapeutas) y la segunda consulta que han abierto con dos profesionales, Fisioastarté, crece día a día. Y es que "cuando la persona está mal va a quien sabe que le soluciona el problema; creíamos que nos iba a afectar pero nos va bien, y eso que hemos subido un poco los precios".

Muy parecido es el caso de la clínica dental Caredent. Abrieron hace cinco meses y Luis Alonso señala que los meses de enero y febrero han sido muy buenos. Eso sí, explica que el paciente "se hace lo justo y necesario, lo más urgente, lo que puede esperar lo deja para más adelante".

Otro ejemplo es el de la ginecóloga Amalia Moreno cuya consulta también prosigue al alza. Mantiene el volumen, con unas 50 pacientes diarias. La mayoría son revisiones ginecológicas, que es más difícil, señala, hacerse a través del SAS, así como mujeres embarazadas.

Un sector por tanto que se comporta de forma diferente a la generalidad de la actividad económica y que, al menos por ahora, sobrevive en buenas condiciones.