Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Están dando 'caló' con..

Los alimentos sin gluten

  • Ahora, el pan de la tostá, los picos, el arroz, la pasta, las salsas y ¡hasta la cerveza! tienen que ser sin gluten

Están dando 'caló' con...Los alimentos sin gluten

Están dando 'caló' con...Los alimentos sin gluten

Vaya por delante que entendemos la gravedad de la enfermedad celíaca y que nos parece muy conveniente y necesario que las empresas alimentarias estén ofertando líneas de productos sin gluten para quienes los necesiten. Como también comprendemos las precauciones lógicas de los alérgicos diagnosticados al marisco, al huevo o a lo que sea. Hasta ahí, todo perfecto. Pero hay una legión de consumidores sin diagnóstico de ninguna intolerancia -al menos alimentaria- que confunde el cartelito avisador de los alérgenos -un avance, sin duda, en favor de la salud- con un luminoso con una calavera y dos tibias que alerta del peligro que supuestamente se esconde detrás de todo lo que se sirve en cualquier bar, restaurante o chiringuito decente. Y entre todas esas sustancias supuestamente tóxicas, el gluten es el rey. Y con el que están dando más caló. Sobre todo a los sufridores de la hostelería. Desde primera hora de la mañana, io.

Ya no basta con tomar nota de si el cliente quiere el café en vaso o en taza; manchado, cortado o avellanado, con leche desnatada, semi, entera o de soja, con azúcar blanca o moreno, con sacarina -pero sin aspartamo-, o con stevia y si a la tostada le va a poné mantequilla con o sin sal, -margarina no, que lleva aceite de palma-, manteca colorá o blanca, con o sin zurrapa, o si la va a enfoscá con un paté de La Piara o uno casero que nos sale muy bueno, o le va a poné tomate triturado, rallado o en rodajas -pero si es triturado, que no sea tipo salmorejo, que me sienta fatal- o prefiere un fiambre de pavo, de pollo, de York, normal o bajo en sal -con o sin fosfatos- o unas lonchitas de jamón, pero que no sea serrano del blanco, sino ibérico de cebo, pero tampoco cien por cien de bellota, que se me dispara la cuenta... ¡Nooooooo!

Ahora, el pan de la tostá, los picos, el arroz, la pasta, las salsas y ¡hasta la cerveza! tienen que ser sin gluten. O glutenfri, como suelen pronunciar estos impostores. Con el ánimo de acabar con esta plaga, que se está convirtiendo en epidemia, desde aquí proponemos a las asociaciones que expidan un carné oficial de celíaco, de manera que queden al descubierto. Los trabajadores de la hostelería van a agredecérselo.

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