Crónica del Miércoles Santo en Cádiz: Un respiro entre las nubes y susto a medianoche

Todo empezó con un arrastrar de pies. Ras, ras, ras... Pasitos cortos, como medidos por un metrónomo invisible que resonara en el interior de sus cabezas. Testas poderosas de unos pocos tiarrones, los elegidos para meterse en el imponente paso de misterio y sacar a la calle a Jesús de la Sentencia por la estrecha puerta de la Merced. El Miércoles Santo había arrancado a la hora de los churros con el traslado de La Palma a su barrio desde la Catedral, pero ese epílogo del Lunes Santo no fue sino el aperitivo de una jornada que empezaba denjando atrás los los paraguas y las lágrimas mezclándose con la lluvia para bajar la mirada a un plano más terrenal:el de los pies procesionando por las calles gaditanas, las marchas poderosas, las petaladas y las estampas que detienen el tiempo, como esa plaza de las Canastas a reventar para ver el elegante mecido del Galeón de la Merced y la Virgen del Buen Fin.

Pero finalmente fue una jornada casi completa, lo que ya puede considerarse extraordinario teniendo en cuenta los antecedentes de estos dos últimos años. Y es que no estuvo libre de algunas dudas meteorológicas, que empañó el final de la jornada con susto al final.

El inicio de la jornada

Al inicio, la actualización vespertina de Aemet provocó que la junta de gobierno de la hermandad de las Aguas mantuviera una reunión de última hora en la sacristía de Santa Cruz para tomar una decisión. Los partes hablaban de la posibilidad de algún chubasco a la medianoche, aunque finalmente las puertas de la Catedral Vieja se abrieron y la cruz de guía asomó a la puerta del templo a la hora convenida, lase seis de la tarde.

Pero el Miércoles Santo de 2025 dejó también algunas imágenes nuevas, sin ir más lejos, el estreno de la hermosísima túnica morada bordada en oro que lució Jesús de la Sentencia. Un suave terciopelo de Lyon, un tipo de tejido de seda con base de sarga que cobró una gran popularidad en los siglos XVI y XVII, contrastaba con la palidez de la imagen que abrió los cortejos del día. Carmen Olmedo, reconocida cantaora gaditana del barrio de Santa María, recibió al Señor con una saeta capaz de erizar la piel al mismísimo Pilatos y a su señora. Mención especial merece la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Elevación de Campo de Criptana, que interpretó la marcha Perdónalos mientras el misterio bajaba hacia el corazón del barrio. Los castellano-manchegos tienen cada vez mejor pinta.

Y conforme el palio del Buen Fin empezaba su bamboleo a los sones de la marcha Esperanza Macarena, después de que Noelia Recio le dedicara otra saeta, otra Esperanza, la Señora de Santo Domingo, salía a la calle con los sones del himno de Andalucía interpretado por la Banda Municipal de Bollullos del Condado en vez de la clásica Marcha Real.

Un año más las dos hermandades vecinas podían al fin verse las caras cruzándose por San Juan de Dios en una de las estampas icónicas del Miércoles Santo. Son, curiosamente, dos de las cofradías que llevan mujeres de mantilla en sus cortejos. 47 nada menos en Sentencia. Algunas menos en Cigarreras. Una tradición que se traspasa de madres a hijas, porque en el templo de la Merced pudo verse a componentes del cuerpo de mantilla muy jóvenes.

Conforme las dos primeras hermandades del día enfilaban hacia la Carrera Oficial y las Aguas le seguía en su recorrido, algunas nubes empezaron a avanzar desde La Caleta y un tenebroso aire cargado de humedad sacudió las palmeras de la avenida 4 de diciembre. Para mayor desgracia, casi como mal agüero, al Señor de la Sentencia se le cayó una de las potencias en una levantá en Canalejas. Aunque no por ello perdió un ápice de elegancia.

Arreciaron entonces los temores a ver nuevamente estampas dolorosas, palios chorreando agua, cortejos disueltos y acólitos llorando. Esta vez sin embargo las nubes no escurrieron sus puños sobre la ciudad y dejaron que se disfrutara de uno de los días con misterios más soberbios. Quizá para celebrarlo, la dolorosa de Cigarreras entró con los majestuosos sones de la marcha Triana en la calle Nueva.

Al filo de las seis y media de las tarde el paso de la hermandad de El Caminito se terminó de montar en la calle Isabel La Católica, justo delante de la capilla, con la impresionante Bahía de Cádiz de fondo. El cortejo de esta cofradía está lleno de detalles que la hacen única. Tampoco faltó ayer el canto de las monjas del Rebaño de María en la calle Costa Rica, en un momento único de cada Semana Mayor gaditana.

La Virgen de las Angustias vestía de manera muy diferente a lo habitual, al estilo hebreo, lo que se convertía en una de las grandes novedades de esta Semana Santa. Es la indumentaria que iba a estrenar en el vía crucis oficial de hermandades, truncado el lunes después de Carnaval debido al mal tiempo, ese mal tiempo que Cádiz no se quita de encima por más que avance el almanaque.

El susto, al final

El susto apareció sobre las ocho y media de la tarde. Una vez que el cortejo de la cofradía de Cigarreras estaba ya dentro de la Catedral, se reunía la Junta de Gobierno para decidir qué hacer, pues existían partes meteorológicos que avisaban de posibles lluvias sobre las 23.30. Finalmente, tanto esta hermandad como la de la Sentencia decidían seguir adelante recortando horarios aligerando el paso, llegando a su barrio mucho antes de lo previsto. Pero Las Aguas decidió dejar paso a Caminito en Catedral y volver ellos a Santa Cruz por el camino más corto, sin terminar de realizar la carrera oficial y su recorrido total previsto.

Justo a la hora que preveían esos partes empezaron a caer las primeras gotas. A Sentencia empezó a lloverle ya casi en casa, con la Virgen del Buen Fin en la plaza de las Canastas.A El Caminito le pillo el agua cuando iba por Beato Diego buscando Isabel La Católica.Y Cigarreras se llevó la peor parte. Le empezó a llover cuando volvía por Compañía. Además, el paso de palio tuvo serios problemas para superar el llamado túnel de Compañía y tuvieron que bajar el paso y ponerle los patines.