La diócesis de Cádiz mantiene sus iglesias abiertas y con culto diario. Pero pese a la misiva lanzada por el Obispado cada vez son más los templos que cierran sus puertas. El último ejemplo es el de la parroquia de San Severiano, que lleva desde el lunes cerrada a cal y canto. En este caso, además, la decisión estaría derivada por el que sería primer caso de coronavirus en la Iglesia gaditana.

En concreto, el afectado es el propio párroco del templo, Antonio Diufaín, que además es el ecónomo diocesano. Según ha podido saber este periódico, el sacerdote permanece aislado en cuarentena al presentar los síntomas del virus; aunque no se le habría diagnosticado a falta de realizar el test oportuno.

El cierre de San Severiano se hizo efectivo el lunes, habiendo mantenido hasta el domingo la actividad normal de la parroquia en cuanto a celebraciones litúrgicas o a la celebración de los jueves eucarísticos allí implantados. Por contra, sí se suspendieron las reuniones presenciales de todos los grupos, las catequesis o la actividad de la cofradía allí establecida (Oración en el Huerto) desde el decreto de estado de alarma el pasado 13 de marzo.

Por el momento, la previsión es que la parroquia no volverá a abrir sus puertas hasta que finalice el período de confinamiento y la pandemia del coronavirus remita la situación de peligro que mantiene actualmente.

Por su parte, desde el Obispado han trasladado que no hay constancia de ningún caso positivo en la capital ni tampoco del caso concreto de Diufaín, cuyo contagio podría derivar en otras decisiones sanitarias que establecen los protocolos en el caso de que en los últimos días haya acudido a la sede de Hospital de Mujeres a realizar alguna gestión en su calidad de ecónomo diocesano.