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Cádiz

El comercio puede ser la salvación

  • A pesar del descenso en las ventas el sector sigue siendo uno de los pilares económicos de Cádiz Hay que reforzar el potencial de algunas calles del centro

 El comercio tradicional de Cádiz, que tras el declive de las últimas industrias de la ciudad se ha convertido en el principal generador de puestos de trabajo en la capital, afronta un año fundamental para su propia continuidad. 

Inmerso como se encuentra todo el sector, aquí y en el resto del país, en la peor crisis de las últimas décadas, los comerciantes gaditanos deben afrontar este año con la resaca del 2012 por  la celebración de los fastos del Bicentenario. Es cierto que el indudable incremento de visitantes  disfrutado por Cádiz a lo largo de los últimos doce meses ha beneficiado sobre todo a los hoteles, restaurante y bares de la ciudad. Pero el turista también ha comprado en  comercios del textil, en zapaterías, en librerías, en  tiendas de regalos...  Y por todo ello, una vez pasado el efecto llamada del Doce queda la duda de si durante el nuevo año Cádiz logrará mantener el mismo, o similar, número de turistas o, por contra, se retrocederá a cifras de años anteriores. Habrá que ver si la buena imagen dada por la ciudad va a servir para atraer a un visitante con mayor nivel adquisitivo interesado por la cultura y el ocio.

 

Lo cierto es que el comercio tradicional de la ciudad necesita más que nunca al cliente de más allá de Cortadura. El propio sector reconoce que la oferta existente sobrepasa con creces a la demanda en una ciudad con 124.000 habitantes que, con capacidad adquisitiva, apenas cuenta con unos 40.000 usuarios potenciales que, además, tienen una renta per capita inferior a la media nacional. Ello obliga, para garantizar la continuidad del sector, a potenciar la llegada cliente externo, ya sea al que viene como turista como el que acude directamente a Cádiz a realizar sus compras, fundamentalmente del resto de la provincia.

 

Por si fuera poco buena parte de la masa laboral de la ciudad, aquella que aún cuenta con ingresos mes a mes, está formada por funcionarios de las distintas administraciones públicas, siendo el colectivo de trabajadores que más está sufriendo los recortes. Y a más recortes, menos gastos, como ya se ha notado en el comercio durante la último campaña de Navidad y Reyes Magos.

 

En todo caso, en el platillo de la balanza sigue pesando aún más que los datos negativos la evidente calidad del comercio tradicional de Cádiz capital.  Calidad y dinamismo pues si bien es cierto que los últimos cinco años han sido duros con el cierre de muchas firmas, algunas de ellas auténticos clásicos en la ciudad, también se está produciendo la apertura de establecimientos que, en su mayoría, están cuidando en extremo su presentación y realizando una oferta muy variada, lo que se agradece especialmente cuando en otras capitales la presencia masiva de franquicias, que en su mayoría ya están en Cádiz, han ensombrecido a sus respectivos comercios tradicionales que, al fin y al cabo, son los que le dan a cada población una imagen propia.

 

Esta circunstancia está permitiendo a Cádiz recuperar e incluso reforzar su carácter de capital del comercio en la provincia. El mejor ejemplo de ello se ha dado en las pasadas fiestas de Navidad y Reyes. Las calles del centro comercial han estado, la mayor parte de las jornadas, repletas de público con cifras incluso superiores a pasadas campañas. En contraste, vecinos de otras grandes ciudades de la provincia lamentan la decadencia de sus respectivos centros históricos comerciales, arrasados por el efecto negativo de las grandes superficies poniendo como ejemplo a la ciudad más poblada de la provincia, Jerez, cuyos empresarios afrontan este año una competencia del calibre del Luz Shopping, en el centro impulsado por la multinacional Ikea.

 

En todo caso, la apuesta por un Cádiz comercial debe ir acompañada por la eliminación de una serie de déficit que persisten en el tiempo. Por una parte es fundamental mejorar la señalítica en la red viaria, informando a los usuarios de la presencia de firmas de calidad en las calles que no forman parte del núcleo duro del centro, siendo especialmente evidente la nula publicidad exterior de los nuevos locales que pretenden animar el mercado central de abastos; la persistencia de locales vacíos o infrautilizados desde hace años que ofrecen una imagen de abandono; la necesidad de organizar eventos callejeros (grupos de música) más allá de las fechas navideñas; además de reforzar los accesos  con bolsas de aparcamiento gratuito en determinadas fechas del año, una vez que se ha logrado una buena red de aparcamientos subterráneos de pago. Y junto a todo ello es fundamental que este año la iniciativa privada apueste de una vez por todas por revitalizar la calle Nueva, una de las puertas principales de acceso a la zona comercial y,  sobre todo, la plaza de San Juan de Dios, espectacular y con gran potencial aún no aprovechado tras la espectacular reforma realizada por el Ayuntamiento.

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