Cádiz

Cádiz se mete de lleno en la realidad

  • El final de los fastos del Doce pone a la ciudad frente a la crisis La economía gaditana sigue siendo muy dependiente de la actividad del Ayuntamiento

La crisis económica tocó de lleno a las ciudades españolas durante el pasado 2012. La provincia de Cádiz está llena de ejemplos de esta decadencia. Jerez, Barbate, La Línea... han bordeado la quiebra social al no poder afrontar sus respectivos ayuntamientos los gastos más esenciales multiplicándose con ello los conflictos sociales.

El Ayuntamiento de la capital ha sorteado el año, sin embargo, con incidencias muy puntuales. Para ello ha contado como aliado con la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812. Es cierto que tampoco se ha vivido en una burbuja y que los grandes problemas no sólo siguen patentes sino que se han incrementado, como un paro alarmante que alcanza a cerca de 18.000 gaditanos, casi la cifra récord en nuestra historia, a la vez que aumentan las familias que no pueden atender las más básicas necesidades de cada día, pero la ciudad ha seguido funcionando impulsadas por los eventos lúdicos de esta conmemoración que han permitido llenar los hoteles y restaurantes y que han animado las calles con actos festivos.

Ahora, concluidos todos los festejos del Doce veremos si la ciudad está mejor preparada para afrontar con toda crudeza la crisis pues no se contará ya con la inyección de visitantes 'extras' conseguidos durante los pasados doce meses a la vez que tampoco podremos esperar a que el efecto llamada (aquellos que se decidan venir a Cádiz atraídos por lo celebrado en 2012 o que quieran repetir tras descubrir las evidentes virtudes de esta ciudad) funcione como sería de desear ante la ausencia de una campaña de promoción turística de nuestra ciudad en otras capitales, inviable en estos tiempos de recortes.

Será un año en que la Cádiz deberá de poner sobre las mesa todo su potencial como ciudad dedicada al comercio, con una oferta de la que adolecen las localidades más cercanas, y al turismo del sol, con una playa única, ya que será difícil contar con una atracción cultural potente por cuanto los recortes tocarán de lleno a la programación de todos los festivales (teatro, música, danza) que se celebran cada año y no se dispondrá de los fondos que en 2012 permitieron traer grandes exposiciones, aunque algunas de éstas sigan abiertas durante las primeras semanas de 2013, año que además se ha iniciado con el sorprendente cierre del Oratorio de San Felipe Neri, cuando lo lógico es que este equipamiento debería de funcionar ya como uno de los atractivos más evidentes de la ciudad completando así un recorrido por los espacios constitucionales.

Pero la gran incógnita del año será cómo va a funcionar el Ayuntamiento. La economía de la ciudad depende cada vez más de la gestión municipal ante la ausencia de grandes empresas e industrias y a la espera de que en unos años se potencie la actividad del puerto con el nuevo muelle de contenedores, que se reactive el polígono exterior de la Zona Franca y que se desarrolle de una vez por todas el deseado espacio de ocio y turismo en la Punta de San Felipe. Más allá de ello y de un sufrido sector comercial, es el Ayuntamiento en que mantiene activo al resto de la ciudad.

La situación económica del Consistorio no es nada boyante, con un elevado endeudamiento con entidades bancarias, por culpa sobre todo del coste del nuevo estadio Ramón de Carranza. Sin embargo, el Ayuntamiento sigue pagando sus nóminas puntualmente a la plantilla así como las cotizaciones a la Seguridad Social y mantiene deudas muy controladas con las empresas que prestan diversos servicios municipales, lo que por una parte evita conflictos sociales que sí se han dado, y con crudeza, en otros municipios, y deja en los bolsillos de muchos gaditanos unos ingresos garantizados. Habrá que ver, en todo caso, como mantiene el pago a proveedores.

Pero lo que no tiene el Ayuntamiento es capital para afrontar gastos extraordinarios como los realizados durante 2012, una circunstancia que sin duda se dejará notar en la actividad cultural y de ocio que, al fin y al cabo, atrae a visitantes y con ellos se llenan tiendas y restaurantes.

El Ayuntamiento deberá afrontar también medidas para remediar en la medida de lo posible el incremento de los niveles de pobreza en muchas familias gaditanas, que cada día llenan los comedores sociales, teniendo en cuenta que el área de Servicios Sociales ya asume el pago de ayudas que corresponden a otras instituciones, y que las arcas locales no tienen capacidad para incrementar estos fondos.

Otro tanto pasa con la elevada tasa de desempleo que soporta la ciudad, cuya reducción depende de la mejora del sector de servicios ante una industria inexistente, mientras que la construcción choca por la persistente crisis unido a la ralentización de la rehabilitación del casco antiguo.

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