Los adictos al Carnaval o también llamados jartibles del Carnaval se repartieron este domingo hasta altas horas de la tarde noche por las principales calles del casco histórico que suelen convertirse en epicentro de estos festejos. Un año más, las calles y plazas de la capital ofrecieron las últimas coplas a gaditanos y visitantes, en una extensión de la fiesta oficial de los Carnavales iniciada hace ya 33 años.
El domingo 15 de marzo de 1987, un grupo de osados quiso dar una vuelta de tuerca más al Carnaval de Cádiz. Se habían quedado con más ganas de fiesta e inventaron una jornada de prórroga para el domingo siguiente al de Piñata. Así lo contaba José Manuel Sánchez Reyes en una de sus crónicas.
El buen clima lo puso ayer fácil. Una mañana casi primaveral con un sol intenso hizo que esos jartibles hábidos de Carnaval hasta que el cuerpo aguante pudieran disfrutar de esas últimas coplas que sonaban desde San Juan de Dios hasta el último rincón de La Viña. Ahora toca espera un año. Para muchos, una eterniadad.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios