Las casamatas, lo único que estará listo en el castillo para el Bicentenario
Medio Ambiente, que ejecuta las obras a través de Tragsa, aún no ha recibido instrucciones para contratar a 82 personas para adecentar el recinto ·La zona de hostelería tampoco estará terminada
El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la empresa pública Tragsa, está a punto de terminar las obras en el castillo de San Sebastián. Ésta debería de ser una gran noticia para la organización del Bicentenario sino fuera porque lo que se va a entregar ya restaurado del antiguo equipamiento militar poco tiene que ver con el proyecto inicialmente previsto que convertía al castillo en uno de los centros de referencia para la organización de eventos durante la conmemoración constitucional.
Los recortes sufridos por el diseño primitivo y, sobre todo, los recortes presupuestarios han limitado finalmente la actuación en la recuperación de las casamatas. Y nada más.
Según confirmó a Diario de Cádiz la dirección facultativa del proyecto, "ahora se están culminando los trabajos de instalación de la red de servicios para que puedan utilizarse las casamatas, donde ya han terminado las obras de rehabilitación a expensas de algunos detalles. Aunque eran cinco los meses de plazo dados a la adjudicataria de estos trabajos, se pretende que los mismos puedan estar listos antes del próximo 19 de marzo (fecha de inicio oficial de los actos del Doce)".
Las obras también han concluido en el paseo superior, cuya apertura a los visitantes tendrá que definirse en su momento, fundamentalmente por una cuestión de seguridad.
En todo caso, aunque las casamatas sí estarán preparadas para la organización de exposiciones en sus diferentes salas, "pero nada más" se dice, no pasará lo mismo con la zona dedicada a la hostelería. El proyecto incluía un restaurante y varios bares. Aunque la obra física se ha ejecutado, por el momento se reconoce que "no hay previsto nada para su puesta en uso".
Y a partir de ahí, ¿qué más? Nada, según se reconoce desde Medio Ambiente: "No hay previsión de nada". Incluso se desconoce cuando comenzarán a trabajar los 82 trabajadores que se iban a contratar a principios de año para realizar obras de adecentamiento en el resto del recinto (limpieza, arreglo del gran patio central, pinturas...). "Hoy por hoy nosotros no hemos recibido instrucción alguna respecto a estas supuestas incorporaciones", se indica desde la dirección facultativa.
Este equipo, cuyo compromiso de contratación había conseguido el anterior equipo directivo del Consorcio a finales del año pasado, iba a tener una labor fundamental pues se encargaría de 'poner en orden' todo el castillo de cara a su apertura al público y más teniendo en cuenta que la mayor parte de sus edificios no han sido finalmente restaurados por lo que se encuentran en un estado casi ruinoso.
La intención era cubrir de albero el inmenso patio central para poder celebrar en el mismo algún acto al aire libre, pero tal y como están las cosas incluso este uso se pone en duda. Hay que tener en cuenta que uno de los laterales está ocupado por el antiguo polvorín y la torre de comunicaciones, que iban a ser demolidos debido a su precario estado de conservación. Como no hay dinero para ello, será necesario adoptar medidas de seguridad para evitar el paso a estas construcciones, algo que tampoco tiene previsto, por el momento, la empresa Tragsa, y que tendrá que asumir el Consorcio del Bicentenario.
Tampoco se actuará sobre los edificios de la primera isla, junto a la entrada principal al conjunto. En esta zona ya trabajó en su momento el Ayuntamiento de Cádiz que, a través de una escuela taller, realizó determinados trabajos de consolidación y arreglo de los huecos de los inmuebles que, actualmente, se utilizan como oficina de las obras que se ejecutan en el castillo. Es de suponer que estas dependencias se habiliten como centro de recepción de visitantes, servicios de emergencias y otros equipamientos necesarios para el funcionamiento del complejo, aunque desde Medio Ambiente se deja claro que ellos no tienen noticia de obra alguna ni cuentan con presupuesto para su ejecución.
Si no hay fondos para arreglar el interior de las dos islas, menos aún hay para afrontar el arreglo exterior de las murallas que, especialmente en el foso que separa la isla principal de la avanzada y todo el frente de la primera, se encuentran en muy mal estado de conservación.
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