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Los cantes de Cádiz tienen voz de mujer

  • Anabel Rivera Mora. Flamenca. Desde los 17 años ha girado con artistas como El Barrio o Niña Pastori

  • Acaba de abrir el Espacio Creativo Flamenco David Palomar

Anabel Rivera en la plaza las Viudas ante el Espacio Creativo Flamenco David Palomar.

Anabel Rivera en la plaza las Viudas ante el Espacio Creativo Flamenco David Palomar. / joaquín hernández 'kiki'

Aquella chiquilla que canturreaba en casa y en el cole ya mostraba maneras flamencas. De hecho, en el colegio San Rafael dice que aprendió "mucho". Recuerda Anabel todas las artes que allí enseñaban Nandi Migueles e Inés Pájaro a los alumnos. Los primeros pasos en serio los dio con la Escuela de Jóvenes Flamencos de Pili Ogalla. "Tenía entonces 17 años y de ahí empecé a girar con el pianista Manolo Carrasco, cantando para el baile, que es un gran aprendizaje para dar luego el salto cantando delante. Unos siete u ocho años estuve por toda España. Y en China, Japón, Luxemburgo, París...", evoca. Poco después, a finales de los 90, llegó el éxito del grupo Levantito, un novedoso torbellino que fue acogido por los aficionados a la música con gran entusiasmo. Cuenta Anabel que aquello "nació en un grupo grande de amigos que jugábamos con la música. Los que finalmente nos quedamos congeniábamos muy bien. Palomar se tomó esto en serio y dejó el Carnaval, con mi hermano Ricky, Javi Pájaro, Felipe del Escalón y yo". Como curiosidad, el nombre del grupo nació "subiendo las escaleras para cantar en el Anfiteatro. Teníamos mil nombres y salió ese segundos antes de anunciarnos".

"David y Ricky se dedicaron a mover la maqueta hasta que llegó a manos de la discográfica de Miguel Bosé y el disco salió adelante". El éxito fue efímero. "Fueron dos años muy buenos. Luego el apoyo de la discográfica no fue tal. Éramos muy jóvenes y mal asesorados. Tuvimos la opción de sacar el segundo disco. Lo grabamos, pero se quedó en un cajón. No nos gustaba el sonido y no permitimos que saliera. Además, entre nosotros ya no había la misma firmeza para seguir. Y cada uno tomó su camino", relata. Dice que con el tiempo y al cabo de los años "nos dimos cuenta de la dimensión de Levantito y de lo que aquello supuso. Mucho tiempo después David fue a cantar a Japón y se encontró en una tienda un stand completo de cedés del grupo". Los componentes no descartan volver a reunirse para conmemorar los 20 años de su salida al mercado.

La gente quiere Cádiz por todas partes. Y aquí tenemos una industria que no sabemos vender"

Palomar y Ricky Rivera se fueron a vivir a Sevilla y Anabel empezó a girar con El Barrio. "Eran buenos tiempos justo antes de la crisis. También estuve con Andy & Lucas y Niña Pastori. A la vez, no dejaba el flamenco, nunca perdí el contacto. A veces cantando también delante, en eventos privados", explica. Luego cantó de nuevo para el baile con Manuel Lombo, Marina Heredia, La Argentina o La Macanita. Y en compañías como las de Javier Latorre y Manuela Carrasco y con bailaores de la talla de Pilar Ogalla, El Junco o Andrés Peña. Actualmente, acompaña a Edu Guerrero y sigue con Peña y Ogalla. También la llaman a menudo para el Museo del Baile de Cristina Hoyos en Sevilla y el Corral de la Morería de Madrid, en ambos sitios con artistas de primer nivel. "La semana que viene estaremos con los Flamencos de la Tacita en la Bienal de Sevilla", avisa.

Pero su cabeza está centrada ahora en el recién inaugurado Espacio Creativo Flamenco David Palomar en la plaza de las Viudas, que lleva el nombre de su marido y que gestionan ambos. "Era un sueño que teníamos Palo y yo -así llama al cantaor hasta en la intimidad-, pero a largo plazo. Una idea a lo grande. Pero surgió esta oportunidad porque los que llevaban antes en este local -donde se hace la entrevista- la escuela flamenca Saroche decidieron dejarlo y se nos encendió la luz. Como para iniciarnos, como para probar", dice Anabel. Mientras se celebra la entrevista entran varias personas para interesarse por las clases que allí se van a impartir. De baile, cante, toque y percusión. Flamenco en movimiento (baile) desde los tres años. Todos los niveles. Clases técnicas de castañuela, clásico español y flamenco para conservatorio de danza... El día 10 se inicia el periodo de información y las clases darán comienzo el 17. El proyecto tiene como objetivo "que no se pierda la escuela de Cádiz, nuestro sello, que no es ni mejor ni peor que el de otras localidades, pero que lo piden cuando viajamos por ahí. La gente quiere Cádiz en todas partes. Hay una industria que no sabemos vender". "Los cantes de Cádiz son mi pasión, aunque son muy difíciles", apunta quien asegura que sus espejo han sido Mariana Cornejo, La Perla y Lola Flores "por su expresividad", y quien nunca ha sentido rechazo en el mundo del flamenco por ser mujer cantaora. "Aunque en las palmas todavía hay hombres reticentes a que vayan mujeres palmeando", añade.

No quiere hablar del futuro. "Soy del presente y estoy ahora metida con el Espacio Creativo. Lo que vaya viniendo, bueno será", dice. Pero algo hay en el futuro que le hace tilín: grabar su propio disco. "No ha cuajado y eso que lo tengo todo: el nombre, los temas... Pero tengo que tenerlo muy claro porque no lo quiero forzar. Tengo que ver que surja el momento, la magia", concluye. Y surgirá, seguro.

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