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Crisis en el equipo de gobierno de Cádiz

Del bono eléctrico a la deuda de Eléctrica

  • El asesoramiento respecto a los precios de la luz le ha costado el puesto a Alba del Campo, que ya ideó a su llegada en 2015 el también fallido bono social

La sede de Eléctrica de Cádiz en la capital gaditana.

La sede de Eléctrica de Cádiz en la capital gaditana. / DC

Cuando el equipo de José María González desembarcó en el Ayuntamiento en junio de 2015 buscó el asesoramiento externo que ayudara a guiar el camino a un grupo mayoritariamente inexperto no ya en política municipal, sino en cualquier modo de gestión en general. Así llegaron a Cádiz el que hasta hoy es asesor de Alcaldía, José Vicente Barcia; y también Alba del Campo, que venía a trabajar en la cuestión energética.

Por esta asesora que los primeros cuatro años dependía de la Diputación y que ya en 2019 pasó a ser personal eventual del Ayuntamiento ha pasado todo el trabajo que en materia energética ha desarrollado en estos años el gobierno de Kichi, hasta el pinchazo -o mucho más que un pinchazo- en Eléctrica de Cádiz con esos 15 millones de euros de pérdida en el balance de 2021. Del Campo ha sido la única señalada, por ahora, como responsable de esas decisiones que han derivado en tan negativo balance económico y que estribarían en haber rechazado cualquier subida del precio de la luz durante estos meses en el que las facturas se han ido disparando, como de hecho va a ocurrir a partir de marzo en los hogares vinculados a Eléctrica de Cádiz. Una jugada, por tanto, doblemente fallida.

Alba del Campo fue también la principal artífice del diseño del bono social que quiso implantar el gobierno de González y que frenó el concejal José Blas Fernández; ese bono que nada más irse Fernández de la Corporación no ha vuelto a ponerse encima de la mesa. El mismo cuya aplicación podría haber costado algún que otro disgusto a Eléctrica de Cádiz, tal y como afirmaron el gabinete jurídico de Cuatrecasas y la Dirección General de Tributos del Ministerio de Hacienda.

La fórmula que diseñó esta asesora y que reclamó hasta la saciedad el equipo de gobierno y algunas asociaciones de la ciudad consistía, básicamente, en que Eléctrica de Cádiz donaba un importe (hasta 600.000 euros anuales, se pretendía) a la Fundación Eléctrica de Cádiz, para que a través de esta entidad benéfica se abonara las facturas de aquellos clientes de Eléctrica que no tenían fondos suficientes para hacer frente a los recibos; es decir, que Eléctrica donaba 600.000 euros que luego volvían a su bolsillo, deduciendo en Hacienda además el importe como donación a una fundación.

La asesora estrella en materia energética se queda sin energía. Del bono eléctrico que nunca consiguió poner en marcha (evitando al mismo tiempo esos problemas que señalaban Cuatrecasas y Hacienda) al ahorro en la factura de los gaditanos que casi provoca la bancarrota de Eléctrica, una de las grandes sostenedoras del presupuesto del Ayuntamiento. La gestión política en manos de gurús que no siempre aciertan; ni de lejos.

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