Columbarios en iglesias de Cádiz

El auge de los nichos

  • Proliferan en capillas e iglesias de la ciudad la construcción de columbarios y cenizarios para el depósito de cenizas de difuntos

Nuevo columbario de Santa María

Nuevo columbario de Santa María / Marcos Piñero

En una ciudad con tantos problemas de suelo, es noticia cualquier novedad relacionada con la construcción (sea del tipo que sea); y con una población cada vez más envejecida también cobra interés lo que viene ocurriendo en los últimos tiempos. Se trata de una especie de burbuja relacionada con el último descanso. Después del cierre de un cementerio prácticamente desmantelado en la actualidad, la capital vuelve a ser ciudad de últimas voluntades. Las iglesias están construyendo, cada vez con más asiduidad o facilidad, columbarios y cenizarios donde poder depositar las cenizas de los fieles difuntos. Una práctica que en la ciudad no era posible hace menos de una década y para la que ahora se multiplican las opciones para cualquier interesado.

La imposición de la cremación del cadáver frente a la sepultura; la autorización eclesial sin apenas cortapisas a habilitar espacios en los que depositar cenizas de difuntos; la relativa facilidad de iglesias y capillas de encontrar un espacio en los que construir un columbario; y la facilidad y bajo coste de la obra en sí están propiciando esta expansión de proyectos. Algo que no se puede separar tampoco del beneficio económico que supone para la propiedad que habilita un columbario respecto a los donativos que se entregan por el depósito de las cenizas.

La última noticia relacionada con este campo llegaba el pasado viernes, cuando Santa María bendecía y ponía en uso su columbario, habilitado en una pequeña estancia contigua a la capilla de Santa Beatriz de Silva (lo que antiguamente era el confesionario de las monjas). Curiosamente, se trata del primero de los dos columbarios que tendrá este templo, ya que la cofradía del Nazareno anunció hace varias semanas que va a construir uno bajo su capilla, en la cripta de su propiedad, para posibilitar el depósito de las cenizas de sus hermanos difuntos.

¿Cómo funcionan, cuál es el uso y las normas que tienen establecidos estos lugares? Básicamente, cada propietario de un columbario establece sus propias normas y tarifas, en función también de las condiciones de ese espacio y de las posibilidades de los nichos. El recién bendecido en Santa María, por ejemplo, cuenta con 186 nichos con capacidad cada uno de ellos para dos urnas (de una misma familia), fijándose un donativo de 2.000 euros por un depósito durante cincuenta años, además de 20 euros anuales en concepto de mantenimiento y limpieza del columbario. En el caso del proyectado por la cofradía, que rondará los 200 nichos, actualmente se está redactando el reglamento que regirá su funcionamiento y sus condiciones de uso.

El primero de estos espacios abiertos al público se inauguró allá por el año 2011 en la iglesia de San Francisco. En la cripta de la capilla donde están los titulares del Nazareno del Amor se habilitaron 261 nichos con capacidad cada uno de ellos para tres urnas, y el proyecto ha tenido hasta la fecha “una acogida que está siendo muy buena”, según traslada el guardián de los franciscanos, Julián Bartolomé.

En la actualidad hay setenta nichos ocupados, a los que se unen otros cuatro o cinco que ya están reservados por personas que han manifestado su voluntad de que las cenizas sean depositadas allí el día de mañana. Una modalidad esta de la reserva con antelación que permiten la mayoría de columbarios y que tiene mucha aceptación entre los fieles allegados a los templos, cofradías y devociones donde hay habilitados este tipo de espacios.

También está muy extendido hacer reservas de nicho por personas que manifiestan su deseo de que sus cenizas sean depositadas en determinada iglesia o capilla

El columbario de San Francisco tiene establecido un depósito por un período de 25 años, estableciendo para ello una tarifa de de 1.500 euros, a lo que se suman 50 euros al año para el mantenimiento de esa cripta. Aunque también ofrecen la posibilidad de estipular por adelantado un depósito de 50 años (abonando los correspondientes 3.000 euros en concepto de donativo). Para el correcto funcionamiento de este espacio, se han establecido una serie de normas entre las que figuran que el columbario abrirá en horario de apertura de la iglesia, que los primeros jueves de mes habrá una misa por los difuntos depositados allí, o que no se permite la colocación de velas o flores “por razones de higiene”; norma esta última que es también común a la inmensa mayoría de columbarios.

En este crecimiento de proyectos relacionados con las cenizas de los difuntos han tomado también protagonismo las hermandades. Al igual que anuncia el Nazareno (cuyo columbario se quiere poner en funcionamiento en otoño), otras dos cofradías disponen ya de estos equipamientos destinados a sus hermanos difuntos.

Columbario de San Juan de Dios Columbario de San Juan de Dios

Columbario de San Juan de Dios

A finales del pasado año bendijo el suyo la Santa Caridad, detrás del altar mayor de San Juan de Dios, en una pequeña estancia donde se han habilitado 82 nichos simples (con capacidad hasta de dos urnas), diez nichos dobles y otros diez triples.

“Llevábamos mucho tiempo queriendo contar con un columbario; pero los proyectos iniciales de habilitarla en la cripta eran complejos técnicamente y costosos, así que ha sido inviable hasta que hemos encontrado esta solución en ese espacio situado detrás del altar mayor”, explica el hermano mayor de la Santa Caridad, Juan Antonio Aragón, que precisa que con este proyecto la hermandad “recupera la finalidad para la que fue creada: dar sepultura a los hermanos”.

No obstante, se ha querido permitir que hasta un 20% del columbario pueda ser destinado a cenizas de difuntos no pertenecientes a la hermandad. Ya sean familiares de hermanos, familiares de sacerdotes o personas allegadas de algún modo a la iglesia de San Juan de Dios que manifiesten su deseo de descansar en este templo.

Para estos depósitos, la hermandad ha establecido un donativo de 1.200 euros por cada nicho (1.500 euros en el caso de los no hermanos) para un plazo máximo de cincuenta años. No obstante, García señala que la cuestión económica “no será un impedimento para aquel que no puede afrontar ese donativo, como no podía ser de otra forma en esta hermandad”.

Tras la apertura de este columbario, la Santa Caridad ha creado la figura del diputado fossor, cargo que vela por la gestión del columbario y, especialmente, por la atención a los hermanos difuntos. Entre otros requisitos, se le exige “estar permanentemente localizado para recibir los avisos de los fallecimientos de hermanos, esposas, viudas o las madres de sacerdotes miembros de la hermandad”.

Otra corporación que ha dispuesto un columbario es la orden de Servitas, que lo ha habilitado en la parte trasera del camarín de la Virgen de los Dolores exclusivamente para los hermanos, recuperando así “la labor de la hermandad respecto al enterramiento de sus hermanos”, como explica el presidente de la orden, Rafael Guerrero. Para su gestión, se ha elaborado también un régimen de funcionamiento que ya conocen los hermanos.

Cenizario común habilitado en el nuevo columbario de Santa Maria Cenizario común habilitado en el nuevo columbario de Santa Maria

Cenizario común habilitado en el nuevo columbario de Santa Maria

Con todos estos casos –más lo que estén por llegar– se abre enormemente las posibilidades de encontrar el último descanso en la capital; algo que no ocurría hasta ahora. Entre otras cuestiones, porque además de los columbarios en muchos casos se han habilitado también cenizarios comunes en los que pueden depositarse las cenizas de los difuntos por donativos mucho menores (desde la gratuidad en el caso de San Juan de Dios a los 300 euros, por ejemplo, en el que se ha habilitado Santa María). Es el auge de los nichos.

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