La inauguración de una exposición ha tenido que ser suspendida esta semana en el Baluarte de la Candelaria a consecuencia una avería en el sistema eléctrico. Se trataba de una exposición del veterano fotógrafo gaditano Manolo Torre. Fuentes municipales confirmaron a este periódico el aplazamiento de esta muestra hasta que sea subsanado el problema técnico que se ha presentado en este espacio cultural de la ciudad, objeto de reformas y mejoras en los últimos años.

Según las citadas fuentes, un día antes de la inauguración de la exposición acudieron al recinto técnicos de la delegación de Cultura para supervisar la muestra que se iba a abrir en una de las salas del Baluarte ubicado junto a la Alameda: “Se percataron entonces de que se había producido un problema en el sistema eléctrico y que habían saltado los térmicos; al parecer, por una posible filtración de agua”.

Al no poder resolver esta situación y para “evitar riesgos”, se encargó un estudio a la Oficina Técnica de Urbanismo del Ayuntamiento para que el problema pueda solventarse “a la mayor brevedad posible” y, de esta forma, proceder a la apertura de esta exposición fotográfica.

“Se trata de averías propias de un edificio con una cierta antigüedad y con una instalación eléctrica obsoleta que requiere una reparación que haremos desde el Ayuntamiento de Cádiz”, indicaron las mismas fuentes.

Cabe recordar que fue en abril del año 2019 cuando el Ayuntamiento de la capital, entonces bajo el gobierno de José María González, adjudicó el contrato para las obras de rehabilitación parcial, reparación y mejoras de las infraestructuras del Baluarte de la Candelaria, un inmueble de propiedad municipal que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Patrimonio Histórico Andaluz y cuenta también con la catalogación 0-Monumental en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).Con un presupuesto de 300.000 euros, que se iban a invertir a cargo del Plan de Inversiones Financieramente Sostenibles (Plan Invierte 2018) de la Diputación de Cádiz, se adjudicaron a la empresa Rhodas Albañilería en General, S.L.

Se anunció entonces que estas obras se iban a centrar, principalmente, en la zona de la antigua sala Tía Norica, sin uso en aquella fecha por no reunir las condiciones de seguridad exigidas, al encontrarse con daños estructurales de notable consideración causados por la filtración del agua de lluvia que, se dijo, iban a ser reparados mediante estas obras.

Aquel proyecto de rehabilitación proyectaba actuar en una superficie construida aproximada de 864 metros cuadrados, mientras que la totalidad del edificio tiene una superficie construida de 2.986 metros cuadrados. La intención era habilitar la zona para sala de usos múltiples en la que se iba a incorporar un nuevo núcleo de aseos y camerinos que son indispensables para el uso pretendido.

Ya en marzo de 2021, cuando aún se mantenían muchas de las restricciones impuestas durante la pandemia de covid, el entonces alcalde, José María González, y la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, realizaron una visita al histórico inmueble para comprobar el estado de la Sala de las Pilastras, precisamente la zona que fue sometida a la citada rehabilitación y que tuvo el Baluarte cerrado desde la primavera de 2019 hasta agosto de 2020. Los responsables municipales comunicaron entonces que la sala ya se encontraba disponible para “los ensayos del tejido de las artes escénicas y de la cultura de la ciudad”.

El Baluarte de la Candelaria se recuperó para Cádiz con su rehabilitación en tiempos del alcalde Carlos Díaz, con un proyecto tan sonado por su intención como por su fracaso: el Museo del Mar que, sin continuidad tras una primera exposición, fue popularmente conocido como el ‘Museo del Ná’.

Con el tiempo, la fortificación fue adquiriendo consistencia como espacio cultural como sala de exposiciones, como escenario de obras del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) en los años 90, entre ellas el recordado ‘Hilo de Ariadna’; acogiendo espectáculos en las noches de verano, con el flamenco y el carnaval como grandes protagonistas y, desde hace unos años, como sede prácticamente fija de la Feria del Libro de Cádiz, que durante muchos años fue cambiando de escenario por distintas plazas de la ciudad. Incluso alguna vez, el Baluarte ha acogido la celebración del Salón Manga de Cádiz, aunque pronto se comprobó que el espacio era demasiado pequeño para el numeroso público que acude a esta popular cita.