Menos ambiente previo que otros años

La primera cita de Cádiz Latino no logra levantar la expectación de los conciertos de los veranos anteriores

Aspecto del Paseo Marítimo en la noche de ayer.
J. L. / O. M. C / Cádiz

21 de agosto 2010 - 01:00

Es gratis, pero no pasar por taquilla no es sinónimo de avalancha. La primera cita musical de Cádiz Latino en 2010, el concierto de anoche de Macaco, no levantó en principio la expectación de anteriores veranos, cuando horas antes del comienzo de los conciertos el público se congregaba ante el escenario para lograr el mejor de los sitios posibles. Pasó hace unos años con Amaral, cuyas pruebas de sonido y ensayos fueron seguidos por un nutrido grupo de oyentes, o el pasado año con Bisbal, con legiones de seguidoras en la arena desde las primeras horas de la mañana.

Ayer por la tarde, por ejemplo, los ensayos del cantante catalán y su grupo fueron plácidos. Sólo un pequeño grupo de jóvenes llegó al lugar del concierto a las tres de la tarde. Los técnicos y músicos comprobaron equipos y sonidos a partir de las seis de la tarde. Tres horas después, cuando sólo faltaba oficialmente una hora para el arranque del concierto, sólo dos o tres centenares de personas aguardaban el inicio. Ni siquiera la presencia de público era significativa por el Paseo Marítimo. Eso sí, a medida que se fue acercando el comienzo del concierto, la zona se fue llenando aunque con calma, sin excesivos sobresaltos. Poco antes de la diez el ambiente se parecía ya al de un concierto. En la arena se podían contabilizar entonces en torno a las 4.000 personas, un número que fue en aumento minutos después.

Sobre todo se trataba de gente joven que reconocía estar en la playa por la presencia de Macaco. No faltaban tampoco las familias. Veraneantes de Madrid o de Barcelona se mostraban encantados con la iniciativa municipal de organizar conciertos gratuitos en la playa, al tiempo que destacaban el "buen ambiente" que se respiraba en la playa Victoria.

Los responsables del chiringuito más próximo a la zona del concierto, situado en la parte trasera del escenario, aseguraban anoche que el descenso del público con respecto al año anterior era significativo. Nada que ver con otros veranos. Muchos espectadores, además, bajaban a la arena desde el módulo 1 de la playa Victoria portando sus neveras con las bebidas y los bocadillos preparados para disfrutar de un noche de moving. En definitiva, el gratis total.

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