Macaco, el hombre de los guiños marineros y solidarios

El cantante catalán hace disfrutar a miles de personas en la playa Victoria con un concierto marítimo en el que triunfaron el esperadísimo 'Moving' y 'Con las manos levantá'

Macaco, el hombre de los guiños marineros y solidarios
Macaco, el hombre de los guiños marineros y solidarios
O. M. C. / J. L. / Cádiz

21 de agosto 2010 - 01:00

Marinero y solidario, como en él es habitual, Macaco no defraudó anoche en la playa Victoria de Cádiz. Fue un buen concierto, correcto en su ejecución musical, con un buen sonido, y con escasos huecos para la improvisación. Al público, las miles de personas que se agolpaban en la arena o seguían el recital desde el borde del Paseo Marítimo, le costó entrar en calor, quizás por la hora de retraso con la que se escuchó la primera canción, pero al final de la cita, una hora y tres cuartos después del arranque, los ánimos eran otros. Macaco y su ritmo tuvieron la culpa. Su música, sus letras y sus intervenciones solidarias en favor del Sáhara, los versos para recordar a Mario Benedetti, su pasión para declararse fans de las madres o el oportunismo de enarbolar una bandera del código internacional de símbolos marineros con los colores del Cádiz. Todo para meterse en el bolsillo a los espectadores: 65.000, según la excesiva y generosa contabilidad municipal. Lo podemos dejar en 15.000.

El cantante catalán empezó con Puerto Presente, el tema que da nombre a su quinto y último trabajo discográfico. El concierto se basó precisamente en las canciones de este disco, entre las que apenas intercaló composiciones de años anteriores: un par de temas de Ingravito y otro de Rumbo submarino. El público esperaba impaciente su último éxito, Moving, hasta el punto de que mediado el concierto unos acordes muy similares al arranque de esa canción confundieron a un público que empezaba a relamerse cantando un estribillo que no llegó hasta más tarde, en la última parte de la actuación y poco antes de los dos bises que ofreció poco después de las doce y media de la noche.

Y si Moving era la gran deseada, tampoco defraudó Con las manos levantá, del disco Ingravito, una canción que gustó muchísimo al público, en la que Macaco se recreó con fortuna para jugar con sus acordes y letra y que un buen número de los presentes, con casi toda seguridad, descubrieron anoche que se trataba de un tema del músico catalán. Porque, para ser sinceros, fieles, fieles, no había muchos anoche en la playa Victoria. Precisamente porque no fueron muchos los espectadores que tarareaban sus canciones o repetían sus letras. Macaco es sólo mucho Moving, de forma que sus anteriores trabajos, de incuestionable valía, quedan por lo general a la sombra de su éxito actual.

Le acompañó en el escenario un buen grupo de músicos, que ofrecieron un sonido menos electrónico, con menos arreglos que en otras giras del cantante catalán. Un sonido más puro, se podría decir. Destacó también el momento en el que Macaco y su banda dejaron sólo en el escenario a El Tinta, que jugó con su guitarra interactuando con otro músico a través de una proyección en la pantalla, a ritmo de gipsy swing, y que acabó con El Tinta tocando algunos acordes con la nariz.

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