El adiós de dos históricos
Rafael Román y Juan Ortuño vivieron ayer con el mismo papel discreto que han jugado desde hace un tiempo su último pleno municipal después de 16 años en la oposición
De los 27 concejales que formaban parte de la Corporación Municipal en el día de ayer, tan sólo para dos era la despedida oficial de estas sesiones. Rafael Román, hasta hace poco portavoz del Grupo Municipal Socialista, y Juan Ortuño, compañero del mismo partido, vivieron ayer sus últimas horas en sus escaños con el papel secundario que les ha tocado desempeñar en los últimos tiempos. Como decía el propio Román, "yo últimamente vengo aquí a levantar la mano".
Hasta el momento no hay ninguna otra despedida oficial anunciada. Se van dos históricos de la política gaditana, dos concejales que han sido portavoces del PSOE, Ortuño entre 2001 y 2003, una vez que María de la O Jiménez abandonó la Corporación Municipal, y Román desde esa fecha hasta el pasado 1 de septiembre de 2010, donde cedió el relevo a Marta Meléndez, ya candidata in pectore.
Se van con la sensación del deber cumplido y con la amargura de vivir unas sesiones plenarias que dista mucho de lo que les gustaría. "Aquí el equipo de Gobierno controla a la oposición, lo contrario de lo que debía ser. Tanto la institución como el pleno municipal están bastante deteriorados desde el punto de vista democrático", apuntaba ayer Juan Ortuño. Román las ha tenido tiesas en muchas ocasiones en los plenos con Teófila Martínez, situaciones que han desembocado en el abandono del grupo de la sesión plenaria o con discusiones y amenazas de expulsión. Román lo que ha echado de menos es "el respeto a los tiempos y el trato igualitario a todas las personas".
Rafael Román y Juan Ortuño llegaron a la vez en 1995 al Ayuntamiento de Cádiz, momento en el que alcanzó el poder Teófila Martínez, pero curiosamente por partidos distintos. El primero, nada más salir como concejal, fue presentado por su partido como candidato a la Presidencia de Diputación, cargo que ejerció durante ocho años. En ese tiempo, sus asistencias a los plenos municipales eran muy contadas por su trabajo en la plaza de España.
Ortuño era un joven concejal que fue elegido por Izquierda Unida en la lista que encabezaba Fernando Santiago, los cuales obtuvieron unos históricos resultados con cinco concejales. El que ayer se despedía rápidamente dio muestras de una gran locuacidad que estaba a la altura de su portavoz. A mitad de mandato se desató una crisis interna en Izquierda Unida y Santiago, Ortuño y la hermana del portavoz pasaron al Grupo Mixto bajo la corriente de Nueva Izquierda. En 1999 ya formó parte del PSOE en la lista de María de la O Jiménez y posteriormente en las dos que lideró Rafael Román. Al principio con un papel protagonista donde llevaba la voz cantante en los temas urbanísticos. Después, ya en los últimos años, con un papel muy secundario. Sea como sea, se siente muy contento con la labor que ha realizado y por haber trabajado por su grupo y por los ciudadanos.
Ortuño es poco dado a los sentimentalismos, como él mismo reconoce. De hecho decía que ayer vivía la última sesión con cierta normalidad "sólo que sabiendo que se acaba una etapa pero en la política no es buena la melancolía porque hay muchas cosas por hacer". Dice que la experiencia en estos 16 años "ha sido muy positiva pro todas las cosas tienen sus etapas y ahora se abre otro capítulo". Dice que en este tiempo ha habido cosas "desagradables que mejor no recodar", pero en lo positivo se queda el momento en el que Román fue nombrado candidato y "el entusiasmo que despertó en todos nosotros".
A diputado nacional del PSOE, que ha librado en casi todas las batallas políticas, le gustaría borrar de su memoria las veces que ha sido reprobado por el equipo del Partido Popular: "es injusto que se te repruebe por tu acción política en la oposición". En el lado positivo los reconocimientos de Hijos Predilectos y Adoptivos y las entregas de las medallas de la ciudad "a ciudadanos que han luchado por Cádiz".
Ortuño recuerda con mucho cariño a María de la O Jiménez, Adela del Moral y José Pettenghi y aguarda una amistad personal con Enrique Otero "fruto de nuestra sintonía política", además de los ediles actuales. Román centra esta gratitud precisamente en Ortuño, "al que sustituí como portavoz y que cuando él lo fue y yo era presidente de Diputación, nos compenetramos muy bien". Del PP, los dos se acuerdan del desaparecido Evelio Ingunza y Ortuño también de Francisco Carnota.
Los dos centran en la alcaldesa gran parte de los males que sufren los plenos. R omán asegura que "he echado de más una presidencia que no se comporta como tal, ya que aunque representa a un partido tiene que tomar una distancia que aquí no ha tenido". Otro de los males es que abundan los temas nacionales sobre los locales "y hay que saber donde se está". Román divide en dos los puntos que se tratan: "los que contribuyen a hacer partido y los que son para la ciudad".
El que ayer se despedía de los plenos ha vivido mucho más tranquilo las sesiones desde que cedió el papel de portavoz a Marta Meléndez. Aparte de levantar la mano su otro objetivo es "no molestar porque a veces ocurre que todo el que llega nuevo piensa que se le quiere hacer sombra y mi única intención es apoyar. Mi papel ha sido muy discreto para que brillen otros".
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