La imagen de la Virgen de La Palma ha permanecido durante esta tarde en las puertas de la iglesia que lleva su nombre mientras que el párroco, Juan Enrique Sánchez, rezaba el rosario.

Esta iniciativa surge a petición del Papa Francisco, que ha pedido a todos los católicos que rezaran a las doce del mediodía un Padrenuestro y a las siete y media de la tarde el rosario para pedir por todos los afectados por la pandemia.

Se da la circunstancia de que el pontífice había solicitado a los fieles estas oraciones con motivo del día de la Encarnación. Curiosamente La Palma tuvo como anterior advocación de la Virgen de la Encarnación. Asimismo, tanto la parroquia como la archicofradía de La Palma han querido con este acto representar de manera simbólica un acercamiento de la Virgen a los vecinos del barrio, ya que desde que se decretó el estado de alarma no han podido ir a rezarle ni entrar en el templo.

Una mujer sigue el rezo del rosario desde su balcón junto a la Iglesia de La Palma.

Asimismo, junto a la Virgen también se encontraba el crucifijo que en el año 1755 se sacó a la calle para parar las aguas del maremoto de Lisboa. En ello también se encontraba el simbolismo de que se quería pedir para que la pandemia no vaya a más y pueda ser parada lo antes posible.

La hermandad de La Palma tuvo que suspender su quinario cuando ya estaba montado el altar de cultos, que todavía está puesto en la iglesia debido a la imposibilidad de poder acudir al templo para poder desmontarlo.