Cádiz

Serafín, la cuchillería de Cádiz más famosa en Andalucía cumple 125 años

  • La tienda es ya una de las más antiguas de la ciudad

Serafín Gabriel, en su tienda en una imagen de 2018.

Serafín Gabriel, en su tienda en una imagen de 2018. / Lourdes de Vicente

Serafín Gabriel es la cuarta generación que, en una pequeña tienda de la calle Compañía que lleva su nombre, se mantiene fiel al trabajo de cuchillero. El local cumple en 2022 sus primeros 125 años de existencia, lo que le convierte en uno de los comercios más antiguos de Cádiz y en la cuchillería más famosa de Andalucía.

Al frente del negocio desde hace treinta años, tras el fallecimiento de su padre, ha superado la crisis económica provocada por la pandemia, cuando tuvo que cerrar varios meses y ver cómo se cortaba los lazos con numerosos hosteleros y pescaderos de distintos puntos de la provincia, fieles siempre a su trabajo a la hora de tener a punto su material. Ahora todos han retornado sabedores que contarán con un trabajo bien realizado.

La tienda mantiene el diseño original de hace 125 años, lo cual siempre es digno de elogio porque el tiempo se ha llevado por delante a buena parte del patrimonio comercial de la ciudad. Incluso mantiene buena parte de la maquinaria que puso en uso su abuelo a finales del siglo XIX e incluso utiliza la misma banqueta de madera que utilizaba Serafín Gabriel Estévez.

Llama la atención Serafín que, un siglo y cuarto más tarde, "aún se mantiene la misma forma de trabajo, con una maquinaria similar". Porque afilas cuchillos y tijeras siempre se hará con la misma fórmula. Sólo ha cambiado, se lamenta, la calidad de estos utensilios "cada vez más deficientes al utilizar muchas promociones de cuchillos materiales más barato, hasta el punto que algunos no se pueden ni volver a afilar".

Asume la dureza del trabajo, que va más allá del tiempo de apertura de la tienda pues sigue trabajando en la misma una vez cerrado el local. Y asume también el alto coste físico y económico que tiene mantener en uso el histórico negocio familiar. Físico por un dolor permanente en el brazo, producto de horas de uso de la maquinaria; y económico por los elevados impuestos que debe pagar como comerciante a lo que se le une ahora el precio de la luz disparado. Afortunadamente el local es de propiedad, por lo que se libra de pagar los altos alquileres que se soportan en la ciudad.

La quinta generación ya está mirando de reojo. Su segundo hijo, con 15 años de edad, se ha mostrado interesado por apuntarse a esta profesión, sobre todo por mantener la tradición familiar y un nombre que ya es historia en Cádiz. El padre, sin embargo, preferiría que tuviese otro trabajo menos sacrificado. Pero tiene claro que "al final lo tendrá que decidir él".

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