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Cádiz

El bastión del comercio tradicional

  • Cerrados Solves, la Relojería Alemana o Moral, la corsetería Rebeca es uno de los establecimientos comerciales más antiguos del caso histórico. Su propietaria dice que el oficio debe ser "vocacional"

Realzamos y reducimos bustos, alisamos vientres y levantamos nalgas". No es el anuncio de una clínica de cirugía estética. La Operación Bikini sin sacrificio puede hacerse en la Corsetería Rebeca, que presume de ser el comercio tradicional más veterano del centro histórico. Un matrimonio catalán abrió la tienda en la posguerra tras encontrarse con un Cádiz "hospitalario". "Después de cerrar Moral, Tosso, Solves o la Relojería Alemana quedamos como los más antiguos", dice la actual propietaria, María Rosa Vendoiro, de la tercera generación de su familia que regenta desde 1997 este negocio con 70 años de vida. Esta empresaria entona cada día el 'Resistiré' del Dúo Dinámico. No es fácil en tiempos de crisis y con las franquicias copando casi todos los locales. "Con lo único que se puede competir es con la especialización y con el trato directo y personalizado. Porque el comercio debe ser vocacional y hay que tener mucha paciencia", explica Vendoiro.

Con Rebeca, que tomó en los 40 el nombre de la entonces exitosa película de Alfred Hitchcock y donde compran "nietas de las clientas de mi abuela", no han podido las ofertas de compra o de alquiler. "Me han hecho algunas tentativas, pero ninguna me ha convencido como para irme para siempre. Tengo edad para trabajar y esto me gusta", asegura. Pero el miedo siempre está ahí, acechando a los pequeños empresarios. "Tengo fuerzas para seguir, pero no puedo negar que me asusta ver cómo cierran muchos comercios tradicionales como el mío", reconoce. María Rosa Vendoiro no oculta que las franquicias "traen público al centro y eso es bueno para todos", mas considera que lo ideal sería "un mayor equilibrio entre el comercio de siempre y las multinacionales". Y defendiendo el tipo de negocio que regenta añade que "hay ciertos productos que a las franquicias se les escapan".

La campaña de Navidad fue termómetro de la situación económica. "Se notó mucho la crisis, sobre todo en la cantidad. Quienes me compraban dos o tres sujetadores antes de cada temporada ahora comprar uno", comenta. No todo son malas noticias. Vendoiro admite que la zona donde se encuentra Rebeca, San Francisco arriba, "se ha revalorizado con la apertura del restaurante 1812 o la hospedería Las Cortes, entre otros, y el traslado aquí de Segundo y Rosita".

La experiencia ha llevado a esta empresaria a ser secretaria del colectivo de comerciantes Cádiz XXI. "Queremos traer nuevos aires al casco histórico, que sigue teniendo una atractiva oferta como referencia del comercio de la Bahía", apunta finalmente.

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