Rodríguez de Castro acusa al abogado del Estado de falso testimonio

El ex delegado de la Zona Franca de Cádiz Manuel Rodríguez de Castro acusa al Abogado del Estado Manuel Ponce, de cometer "un presunto delito de falso testimonio" al declarar el jueves como testigo en el juicio por el caso Rilco, ya que "presuntamente perjuró desde que dijo que juraba que no tenía enemistad conmigo".

En un comunicado remitido a EFE, el ex delegado, que junto a su sucesor, Miguel Osuna, está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Cádiz por delitos como malversación de caudales públicos, afirma que Ponce "se volvió a burlar" de la ley "tal y como ha venido haciendo desde 1997", cuando él suscribió un convenio para que la Abogacía del Estado asesorara legalmente a la Zona Franca de Cádiz.

Rodríguez de Castro y Miguel Osuna, así como el PP, han criticado que los abogados del estado, sus asesores legales, no alertaran de ninguna irregularidad en el proyecto de portal de comercio electrónico Rilco hasta el 2005, cuando la Zona Franca de Cádiz pasó a ser gestionada por José de Mier, designado por el PSOE, y ellos mismos redactaron la querella que ha dado lugar a este proceso.

En su declaración ante el tribunal Manuel Ponce explicó que ellos sólo asesoraban cuando la Zona Franca les consultaba alguna duda legal porque su trabajo no era "ser un órgano fiscalizador" del consorcio y que las irregularidades sólo fueron detectadas tras un informe de la Intervención General del Estado de 2004, que dio pie a esta querella, así como al caso Quality Food, que también se está investigando judicialmente.

Tras ver rechazada su solicitud de mantener con él un careo, Rodríguez de Castro ha hecho público un comunicado en el que asegura que Manuel Ponce en su declaración ante el tribunal confirmó "sus mentiras", aun estando obligado a decir la verdad como testigo.

Rodríguez de Castro insiste en que Manuel Ponce hizo un trabajo "de Gestapo al PSOE" en la instrucción del sumario, y que "nueve testigos le contradicen y sólo el PSOE le apoya" y se queja de que no le dejaran "demostrar ahí mismo su falso testimonio" ni "hablar con él de lo que nadie en la Sala sabe".

"Delinquió presunta y públicamente en sede judicial" y "se demostró (...) que él era quien mandaba y yo siempre hacía lo que él mandaba, hasta cuando me equivocaba, inducido siempre por sus incontestables consejos de semi-dios del Derecho".