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El Niño de San Vicente, Antonio Martín

  • Un palmarés de lujo en 48 años de Carnaval

NINGÚN autor vivo del Carnaval de Cádiz tiene un pedigrí y un palmarés como el de Antonio Martín. Aquel niño de la calle San Vicente que debutó en el Falla a los 18 años con 'Los mayordomos', ha conseguido 15 primeros premios en comparsas y ha estado en 37 finales. También ganó con sus músicas tres veces en coros y una en chirigotas, entre otros premios.

Antonio Martín (Cádiz, 1949) era un niño que estudiaba en el colegio de la Mirandilla, y que a los 12 años ya participaba en chirigotas de chavales. Allí conoció al hermano Francisco, que tocaba coplas de Paco Alba al piano.

Pero el despertar carnavalesco de Antoñito Martín ocurrió en el bar El Gavilán, de la plaza de la Cruz Verde, tan cercana a su casa. Suele decir Martín que el Museo del Carnaval de Cádiz se debió instalar en el edificio donde estaba El Gavilán. Por allí veía a Enrique Villegas cuando volvía de las giras de 'Los Beatles', o a Paco Alba. Allí cantaban en el mostrador. Todos los grandes pasaban: Fletilla, Rosales, Chimenea, Pedro Romero… Y comparsistas como los Catalanes, Monzón o Juanaco. También había sitio en la trastienda para que Juanito Villar cantara flamenco. Y el rincón de Agüillo, que escribió allí las agrupaciones de sus últimos 10 años.

En 1968 surgió la idea de presentar al Falla una comparsa llamada 'Los mayordomos'. El Bambi, Pepe el Mellao y él eran amigos y cantaban bien. Pero Antoñito tenía dudas, hasta que Pepe Gamaza lo convenció. 'Los mayordomos' consiguió el tercer premio y todos se quedaron admirados.

En 1970 gana el primer premio con 'Los Tarantos'. Sin embargo, son años en los que salen para pasarlo bien. El concurso era distinto. Había pocas agrupaciones y se repetía casi todo el repertorio en el escenario del Falla.

Para Antonio Martín hay un antes y un después de 1973, cuando lleva a 'Capricho andaluz', la comparsa que gana el primer premio, después de un incidente con 'Estampas goyescas', de Paco Alba. Sucedió que el público quería que siguiera cantando la comparsa de Martín, pero el regidor dio paso a la de Paco Alba, que se llevó una bronca del público. Fueron a buscar a 'Capricho andaluz', que ya iba por la calle San Rafael, para que volvieran a cantar. Paco estaba casi llorando. Fue un éxito espectacular, pero a Martín le hubiera gustado que no pitaran a la comparsa de Paco Alba.

En los años sucesivos, también compitió con Enrique Villegas, Pedro Romero, Joaquín Quiñones y otros autores, hasta llegar a los duelos con Martínez Ares. En esos años, Martín aporta un sello personal a su comparsa, con la ayuda de personas como Antonio Trujillo 'Catalán', al que considera uno de los mejores directores, porque sabía afinar las comparsas como nadie, y hacerlas cantar con "las frases hablaítas", como se decía.

Antonio va dejando otras cosas por el camino. Había empezado a trabajar en Almacenes Barberá y El Metro. Después estuvo en la óptica Malet, de la calle Ancha. Tras el servicio militar, entra a trabajar en la fábrica de Construcciones Aeronáuticas, en Puntales, que después se trasladó a Puerto Real, donde siguió como Airbus. Trabajaba en las oficinas. Se prejubiló hace seis años y se jubiló en 2014.

Para el recuerdo han quedado muchas agrupaciones. Algunas son míticas, como 'Caleta', uno de los mayores cajonazos de la historia del Carnaval. Cantaron en la escalera de Medicina. Después los contrataron por toda España. Algunos días 'Caleta' hacía cinco actuaciones en diferentes lugares.

En la década de los 80 vive años de esplendor, tras ganar en 1983 con 'Agua clara'. Entre 1985 y 1987 logra tres primeros premios seguidos con 'Entre rejas', 'Soplos de vida' y 'A fuego vivo'. Empieza su colaboración con el coro de La Viña, al que escribirá la música en sus mejores años. Ya había colaborado con Felipe Martín. Pero entró como autor en 1986, cuando se lo pidió Juan Antonio Guerrero. Martín compone la música de 'La Plastilina', tercer premio.

Sus grandes éxitos en coros llegan con Antonio Burgos. Se habían conocido en la Peña La Estrella y se hicieron grandes amigos desde entonces. Un día fue a verlo a Sevilla, junto a Guerrero, y le pidió que escribiera la letra del coro de La Viña. De ahí salió 'Takata Chin Chin Pom Pom', que ganó el primer premio en 1989. También ganó 'Batmonos que nos vamos' en 1990. La colaboración de Burgos se prolongó dos años más.

En 1990, Antonio Martín gana en comparsas con 'La mar de coplas' y con sus músicas el primero de coros con 'Batmonos que nos vamos'; y el primero de chirigotas con 'Hasta que la muerte nos separe', con letras de Carapalo.

Era ya un mito y se empieza a forjar una gran rivalidad con Antonio Martínez Ares. En 1991 gana otra vez Martín con 'Encajebolillos'. Pero parece que cambia la tendencia cuando Martínez Ares gana en 1993 con 'Los miserables' y repite en 1994 con 'La ventolera'. Martín volverá a triunfar en 1997 con 'Los buscavidas'.

Hasta entonces Antonio Martín había sido El Niño. Pero a Martínez Ares también le empiezan a llamar así. Algunos aficionados sostienen que esa rivalidad de los primeros años 90, en parte, fue promovida por motivos políticos. Martín era un trabajador, que siempre había votado al PSOE, según él mismo reconoce. Pero ciertas políticas le desengañaron, y empezó a ser muy crítico en algunas letras contra Felipe González y el Ayuntamiento de Carlos Díaz. Hasta entonces, nadie había criticado al PSOE. A 'Encajebolillos' le hicieron un vacío y los concejales socialistas se fueron del palco.

Tuvo una gran amistad con Rocío Jurado, a la que escribió algunas letras de flamenco para sus discos. En esa amistad medió Antonio Burgos. Una noche, después de que Rocío cantara en el Pemán, se fueron a cenar y supo que Amparo García, la esposa de Antonio Martín, estaba embarazada. Rocío se ofreció para ser la madrina. El bautizo de Antoñito tuvo lugar en la parroquia de La Palma. Además de este hijo, el matrimonio tiene otros dos: Amparo y Noé.

Precisamente Rocío Jurado intervino en el recordado Pregón del Carnaval que Antonio Martín protagonizó en 1997, en el que también participaron Antonio Burgos, El Loco de la Colina y Miguel Durán, los pregoneros anteriores. Martín consideraba que el pregón de Antonio Burgos y Carlos Cano puso el listón muy alto.

Tantos esfuerzos van cansando a Antonio, que decide tomarse un descanso a partir de 1999. Volvió en 2005 con 'El Revuelo', una de las comparsas a las que tiene más cariño, aunque sólo fue semifinalista. En 2009 vuelve a ganar con 'La mare que me parió', un triunfo que le llegó 41 años después del debut. En 2013 también ganó con 'La comparsa del genio'.

La vida de Antonio se cuenta por comparsas: ese dolor por la muerte de su madre que expresó en 'Agua clara', o su boda con Amparo en 1977, cuando preparaba 'Los arrabaleros'. Es posible que no le queden ya muchos años en el Carnaval. Pero no es probable que se retire antes de 2018, cuando se cumplirán los 50 años del debut.

Idolatrado por unos, envidiado por otros, admirado por todos (incluso sin reconocerlo algunos), aquel Antoñito es uno de los más grandes en la historia del Carnaval de Cádiz. Tantos años después, se sienta entre las bambalinas del Falla, para ver a su comparsa; con el mismo brillo en los ojos que tenía aquel niño de la calle San Vicente en 1968.

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