Las últimas fiestas navideñas que se desarrollaron con normalidad fueron las del año 2019, cuando el covid empezaba de alguna manera a ser motivo de preocupación pero por entonces solo más allá de la Gran Muralla. Los dos años posteriores, con sus Navidades incluidas, quedarán marcados para siempre por las enormes restricciones de 2020, tanto de aforo como de horarios, y por la ola de covid de 2021, la de Omicron, muy generalizada y que provocó, como recuerdan ahora algunos hosteleros de Cádiz, la cancelación de casi todas las reservas de comidas de empresa y de amigos. Un costumbre que regresa este año de nuevo con fuerza y que se acerca paulatinamente a los niveles anteriores a la pandemia.

La Navidad, efectivamente, se sienta otra vez a la mesa de los restaurantes gaditanos, que en estos días echan el resto tratando de ofrecer menús atractivos, tanto en productos como en precios, para grupos de trabajadores y de amigos, y también de familiares, decidan celebrar las fiestas en torno a una comida y todos sus añadidos. El alza de precios, que los establecimientos optan por contener o por aplicar en sus menús según sus distintos criterios, sí frena algo más a los clientes, que tienen ganas de reunirse y de disfrutar pero que, a veces, mira más la cartera que en otros años optando en muchos casos, que no en todos, por los menús más económicos.

La Chancha, el restaurante argentino de Plocia, es un buen termómetro para calibrar la recuperación de las comidas de Navidad. Javier Senese, propietario, confirma los llenos de estos días y las contundencia de algunas de las reservas para las próximas semanas: en al menos dos ocasiones cerrará el restaurante para grupos de 70 y de 122 personas. Comidas de empresa y de amigos que, en su caso, se reparten casi por igual las reservas al 50%: “Hay muchas ganas de celebrar”, resume Javier, que recuerda con amargura que el año pasado, por estas fechas, se anularon la totalidad de las reservas hechas para las fiestas de 2021.

De esas ganas comunitarias de celebrar se percató Carlos Sace, propietario de La Mirilla, cuando sus clientes empezaron a preguntarle en octubre por los menús de las comidas de navidad para reservarlas en... noviembre. Comidas, por tanto, que se han adelantado y que este establecimiento ofrece en su comedor interior. Para el día 25, por ejemplo, el restaurante está completo, a expensas solo de que el buen tiempo le permita habilitar la zona de terraza.

“Estamos llenos todos los días, a menú o a carta”, explica Rafael Montero que regenta Casa Rafael en la calle Periodista Emilio López. Con más comidas que cenas reservadas, este establecimiento tiene ya cerrado el restaurante para dos días de las próximas fechas: uno para una empresa con 44 personas y otro para una cofradía que reunirá a unas 38 personas. Rafael ha notado también esa recuperación de las comidas de empresa y de amigos en estas fiestas, después de dos Navidades atípicas.

En Musalima cuenta Alberto Ramírez, su jefe de cocina, que han notado el aumento de las reservas, aunque también que los clientes son algo más comedidos a la hora de gastar. En las próximas fechas, el restaurante está ya completo algunos días gracias a las comidas de empresa y de amigos, con “un abanico muy grande de menús en los que tratamos de abarcar toda nuestra cocina”, con unos precios que han decidido mantener respecto a 2021 pese al alza de los alimentos.

En El Chato, uno de los restaurantes del grupo El Faro, las comidas de estas fechas, que van recuperando en número el vigor de antes de la pandemia, son sobre todo reuniones familiares, según explica José Manuel Córdoba. El puente ha funcionado bien, mejor los almuerzos que las cenas, y las reservas para reuniones navideñas también están saliendo adelante: “Lo que hemos recuperado son las comidas de familias, que habían desaparecido con la pandemia porque había miedo a reunirse, sobre todo para proteger del virus a las personas mayores”.