Muñoz Arenillas quiere mudar de piel
Calles con nombre propio
Protagonista durante años del ocio nocturno de la ciudad con pubs emblemáticos, la apertura de nuevos locales gastronómicos le están dando un aire diferente y ambicioso.
Muñoz Arenillas, una de las calles que capitalizó el ocio nocturno de la ciudad durante años, se esfuerza en los últimos tiempos por mudar de piel. Todavía no pierde ese aire canalla que le regalaron algunos de los pubs más míticos de la ciudad, como el Crivi, donde los cuarentones aún pueden escuchar esa irrepetible música pop de los 80, pero a base de apostar por la gastronomía, por la tapa en vez de la copa, los hosteleros de la zona pretenden que se produzca un efecto llamada similar al que se ha vivido en Plocia. Durante años, en Muñoz Arenillas, o la calle del Dolor de Pies, como se le apodó en su día, se concentraron centenares de jóvenes y sus delirios etílicos. Esto provocó enfrentamientos con los vecinos, cuyos representantes solicitaron hasta la saciedad al Ayuntamiento una normativa que impidiera beber en la calle. Al final fue el Gobierno de la nación el que tomó cartas en el asunto y prohibió un botellón que había emigrado de otros lugares del extramuros, como el barrio de La Laguna o la propia Glorieta Ingeniero La Cierva. Javier, propietario de la veterana Hamburguesería Mellis, que lleva 15 años asentada en la calle, tiene su propia teoría. "No fue culpa de los hosteleros de la calle que aquí se hiciera botellón. A nosotros no nos conviene de hecho. Lo que pasa que al Ayuntamiento le resultaba más fácil limpiar una calle de botellas, vasos y suciedad que todo el barrio de La Laguna. Aquí estaba todo más controlado". Javier desea que ese efecto llamada del que antes hablábamos se concrete. "Teófila Martínez ha acabado con el ocio nocturno en Cádiz. Se ha preocupado sólo de sus votantes, de gente mayor que a las diez de la noche lo único que quiere es escuchar a los gorriones roncando, y no se da cuenta de que tantas restricciones hacen mucho daño a la hostelería, porque igual que la gente tiene derecho a su descanso nosotros lo tenemos a crear empleo", decía Javier.
Uno de los establecimientos más nuevos y que mejor acogida está teniendo de Muñoz Arenillas es Tataki, un gastrobar de cocina oriental que prepara uno de los mejores sushis de la provincia. Manuel, su propietario, comentaba a este diario que llevan abiertos desde el 4 de julio de 2014 y que hasta el momento están trabajando mucho mejor que cuando el local estaba enfocado a la noche. "Teníamos otro gastrobar de estilo oriental en Chiclana y viendo que funcionaba bien nos decidimos por cambiar el enfoque de este local. En general estamos contentos, aunque la verdad es que echamos en falta poder tener una terraza como ocurre en los locales del Paseo Marítimo".
Lo cierto es que la calle podría ganar mucho su enfoque hacia la gastronomía con esas terrazas, ya que los hosteleros de la zona están prácticamente condenados a atender a sus clientes dentro de sus establecimientos. "Yo tengo dos mesas altas pero no he puesto más, y eso que tengo permiso para poner cuatro. Y a las doce de la noche cerramos la cocina, porque no queremos molestar a los vecinos, pero es cierto que nos vendría muy bien contar con unas mesitas en la calle porque los días de sol prácticamente los perdemos por el gran tirón de los locales del Paseo Marítimo", comentaba un resignado Manuel.
Junto al Crivi también subsisten otros establecimientos emblemáticos que con los años han ido cambiando de dueños y de nombre. Desde el célebre Poco-Loko, que a principios de los 90 fue un referente, hasta el Sinatra Piano, que ha sustituido al Barabass, un local de Raúl Cueto que en su día estuvo muy en boga en la ciudad con actuaciones en directo de artistas como Antonio Reguera y su inseparable Agustina, que se han convertido en una garantía para llenar aforos.
Otros, como el Traca originario, han sido ocupados ahora por la oferta del tapeo. Allí, en el mismo lugar en que el gran Selu el del Traca levantaba sus largos brazos con su inconfundible me alegro de verte, se asienta ahora La Sacristía. Su encargado, Quico, nos dice que es normal que la gente sea cada vez más reacia a salir tanto de copas porque la economía no está para grandes dispendios con el alcohol. "Un cubata vale siete euros en cualquier sitio, y por ese dinero nosotros te ponemos tres montaditos y su cerveza. Estás un rato conversando con los colegas y a la vez tapeando. A nosotros nos va bien, la verdad es que no nos podemos quejar", dice.
Quico apunta que le encantaría que Muñoz Arenillas se llenara de establecimientos hosteleros con una oferta muy variada. "Eso sería muy bueno porque produce el efecto llamada y se crea buen ambiente. Aquí aún hay gente que sale de copas pero yo veo que la competencia sana es muy buena para el negocio. Sería interesante que Muñoz Arenillas se convirtiera en la Plocia de extramuros", asegura.
Pero en esta calle tan marchosa, donde los vecinos las pasaban canutas para echar una cabezada los fines de semana, también ha habido de siempre establecimientos emblemáticos. Entre ellos el célebre Gitano, uno de los lugares donde se puede degustar mejor marisco y pescado de toda la Bahía de Cádiz. Su diminuta puerta roja no hace honor a las riquezas gastronómicas que esconde detrás. Si sus mesas hablaran podrían contar mil y una anécdotas protagonizadas desde por futbolistas del Cádiz hasta artistas. Contaba un directivo cadista, que nada más firmar a un delantero africano hace ya muchos años se lo llevaron a comer al Gitano. Pidieron mariscos, pescado y para empezar también almejas. "Parece ser que era la primera vez que las veía porque empezó a comérselas con las conchas y todo. Tuvimos que explicarle que sólo se comía el bichito de dentro. No lo olvidaremos", recordaba.
No menos reconocido es el Nebraska, que compite con el Loanca por tener el honor de poseer la mejor tortilla de patatas de la ciudad. El buen tiempo no llegaba a Cádiz hasta que el Nebraska no empezaba a vender sus caracoles. Juan, su encargado, comentaba a este diario que llevan abiertos desde el año 1982, el año del Mundial de España y del Naranjito, y que durante estos años "he visto de todo. Como cambiaban los diseños de los locales, los propietarios, las tendencias musicales, todo...".
Otro lugar típico de Muñoz Arenillas es el bar Marbella, que vivió buenos tiempos con aquellos Multicines Cádiz en los bajos del edificio Reina Victoria.
También hay sitio en la calle para un supermercado, para una frutería o para la entrada principal del edificio Tiempo Libre, un monumento a la desidia institucional y a la falta de entendimiento.
En estos bajos, en la esquina de la calle, aún pervive la heladería Mira, que puede estar pasando sus últimas fechas si la Junta sigue adelante con su idea de hacerles abandonar los locales ante el derribo del edificio. Sus helados son el mejor postre tras un recorrido por una calle que no se resigna a perder su protagonismo en la ciudad.
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