Obituario

Muere el doctor Enrique Alcina del Cuvillo

Enrique Alcina del Cuvillo, en una de sus exposiciones en 2011.

Enrique Alcina del Cuvillo, en una de sus exposiciones en 2011. / Fito Carreto

El doctor gaditano Enrique Alcina del Cuvillo murió hace unos días en El Puerto de Santa María a los 85 años. Fue el pasado 19 de abril, Viernes Santo, cuando este urólogo nacido en 1933 en la calle Ceballos de la capital falleció en su casa portuense, donde residía desde la década de los 80, rodeado de su familia. Tal y como había deseado.

Hijo de Enrique Alcina Láinez y nieto de Enrique Alcina Quesada, ambos también destacados profesionales de la medicina gaditana, Alcina del Cuvillo estudió en la Facultad de Medicina de la plaza Fragela, para después especializarse en urología en Madrid.

Su carrera profesional se desarrolló en sus comienzos en Cádiz, en las clínicas de San Rafael y La Salud, y también como director médico de la Casa del Mar. Además, ejerció en el Hospital de la Marina de San Fernando.

A mediados de los años 80, el doctor Enrique Alcina del Cuvillo fija su residencia en El Puerto, donde trabaja en la clínica Santa María del Puerto del grupo Pascual y donde establece su consulta particular en la clínica de la Costa Oeste. Hasta hace apenas dos años, Enrique Alcina siguió atendiendo esta consulta; aunque sin tener ya quirófano, sí mantuvo la atención a sus pacientes y sus diagnósticos, lo que dice mucho de la dedicación con la que entendía su vocación médica, ese afán por actualizar sus conocimientos, ya con 83 años, y por no perder el contacto con quienes durante tantos años se habían puesto en sus manos para sanar sus dolencias. Esta ejemplar profesionalidad fue una de las constantes que marcó su prestigiosa trayectoria sanitaria.

Y la vitalidad que mostró en su profesión es también reflejo de lo que fue su vida personal y familiar. Hasta el día antes de su fallecimiento, como destacan sus allegados, Enrique Alcina del Cuvillo reservó tiempo para ver fútbol y para escuchar, como buen melómano que era, música, sobre todo jazz y clásica.

Porque entre sus aficiones, además de la pintura que le llevó incluso a exponer en alguna ocasión, destacaba la música.Poseía una muy completa discografía de jazz y música clásica, y este profundo conocimiento musical le permitió dirigir programas de jazz en emisoras de radio de Cádiz y El Puerto.

Enrique se casó, en 1961 en la iglesia del Carmen de la capital, con Araceli Echeverría. Tuvieron dos hijos, Enrique –compañero periodista durante muchos años en este Diario– y Araceli. Los tres tendrán ahora la tarea de mantener viva la memoria de Enrique Alcina del Cuvillo.

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