El Marco rinde homenaje al dueño de la Taberna la Manzanilla

Miguel García recibe un reconocimiento por su labor de divulgación del vino sanluqueño

Miguel García, en el centro, junto a su familia y empleados de la Taberna de la Manzanilla, en la bodega San Ginés.
Redacción Jerez

29 de junio 2016 - 01:00

Rodeado de muchos amigos, Miguel García, propietario de la Taberna la Manzanilla, recibió esta semana un merecido homenaje en la bodega de San Ginés de Jerez, acto promovido por la bodega Delgado Zuleta y el Consejo Regulador para reconocer la labor divulgativa de la manzanilla de Sanlúcar de este hostelero, que se mantiene en activo a sus 89 años de edad. El director general de Delgado Zuleta, Jorge Pascual, y el director del Consejo, César Saldaña, presidieron el acto, durante el que se le hizo entrega de un catavino de alpaca y que contó con la presencia de representantes del sector, como el presidente de Fedejerez, Evaristo Babé, y personalidades de diferentes ámbitos llegados desde Cádiz, caso del conocido farmacéutico, carnavalero y propietario de un local hostelero cercano a la taberna, José Ramón 'Quico' Zamora; Alberto Ramos, profesor de la UCA, y representantes del Ateneo del Vino Fino de El Puerto.

La Taberna la Manzanilla lleva décadas despachando únicamente vinos de Sanlúcar -Barón, Pedro Romero y ahora Delgado Zuleta han sido sus principales suministradores- y con el único acompañamiento de aceitunas, las dos olivas por copa de vino que sirven en el local como ha tenido oportunidad de comprobar todo el que pisa este emblemático local de la calle Feduchy, incluido un alto dirigente político español, al que llamó la atención este detalle. Precisamente, José García, hijo del homenajeado, significó en el acto la dificultad de haber mantenido abierto el local sin renunciar a esta filosofía de servir únicamente vino de Sanlúcar, esfuerzo que en los últimos tiempos se ha visto recompensando con el auge y el renovado interés por los vinos del Marco.

Miguel García nació en 1927 en Sanlúcar, donde su padre regentaba una taberna junto a la bodega La Cigarrera. Otra firma sanluqueña, Barón, le propuso entonces al padre de Miguel hacerse cargo del despacho de vinos de la bodega en Cádiz, ciudad a la que la familia García llegó en agosto de 1942.

Desde entonces, tres generaciones de la familia -abuelo, padre y ahora nieto- se han dedicado a despachar, promocionar y dar a conocer los vinos sanluqueños a través de su establecimiento.

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