"Llevo soñando con dar el pregón toda mi vida. Pero no lo esperaba este año"

Es de Cádiz, cofrade muy conocido en la ciudad y experto en el arte de pregonar imágenes y semanas santas. Con estas cualidades, José Manuel Romo Madera (45 años, casado y con dos hijos) cumple el perfil del pregonero que buscaba el Consejo de Hermandades para 2010. El martes fue anunciada su designación, y entre llamadas, entrevistas y encuentros dedicó un rato ayer a visitar Diario de Cádiz y explicar sus primeras impresiones tras el nombramiento.

-Defina el estado de un pregonero horas después de su designación.

-Como la centralita de ayer de Onda Luz (recibió la noticia en medio de su programa cofrade): bloqueado totalmente. Sin tener posibilidad de pensar en nada, sólo en coger el teléfono y repetir casi lo mismo siempre. Y sobre todo muy feliz por recibir tantas llamadas y apoyos de amigos, de cofrades, de todos. Ha sido caótico.

-¿Cómo ha sido el primer día del ya pregonero de la Semana Santa 2010?

-Desde que lo supe sobre las once y cuarto de anoche (por el martes) hasta este momento, estresante. No he dado abasto para poder atender a la gente; pero muy feliz. Me acosté con el sonido del teléfono y me he despertado con el sonido del teléfono, pero cada vez que lo cojo lo hago con mucha alegría. Estoy muy feliz.

También sé que esto es flor de un día; después vendrán otras responsabilidades, y lo más difícil, que es la soledad ante un folio y un bolígrafo para ver por dónde va a ir el pregón, que se tiene que sustentar en un esqueleto fuerte en el que puedas ir colgando todas las cosas. Y no tengo ni la más remota idea de cómo va a ser ese esqueleto.

-La frase "no me lo esperaba" es un clásico en estos casos. Pero sea sincero, ¿se esperaba el nombramiento?

-Era algo que no esperaba, y este año menos. La frase "no me lo esperaba" se queda corta en este caso, porque pese a haber sido tocado como el resto de candidatos, yo pensaba que no iba a llegar. Había gente muy preparada, o muy especial: un hermano mayor de la cofradía más antigua de Cádiz, un director del colegio de Salesianos, con todo el movimiento que ha tenido en los últimos tiempos este colegio. Salesianos tenía todos los ingredientes para que su director, que encima es sacerdote y este es el Año Sacerdotal, pregonara la Semana Santa. Yo no lo pensaba en absoluto. Soñándolo llevo toda la vida, pero este año lo veía más difícil todavía.

-¿El nombramiento le va a quitar la 'espinita' que le quedó clavada con el pregón de las Glorias que nunca pronunció?

-No. Porque considero que son dos pregones paralelos. En referencia al pregón de las Glorias que me dieron y que jamás pronuncié, tengo que decir que fue el más fácil de todos los que he realizado. Me considero que he sido el primer pregonero de las Glorias, tengo el nombramiento como tal; y no he tenido que escribirlo ni que recitarlo. Pero en mi corazón sigo teniendo la misma ilusión. Sé que hubo gente que se alegró de que no lo hiciera, pero les perdoné ese mismo día. Y quién sabe si en un momento dado se rescata la idea y doy ese pregón.

-¿Qué supone para una persona con tantos pregones a sus espaldas dar el de la Semana Santa de Cádiz?

-Para un pregonero, dar el de la Semana Santa de su tierra es el culmen. Bueno, el culmen no, porque eso significaría el final. Creo que es el reconocimiento a un trabajo realizado, por decirlo de alguna manera, durante muchos años. O no, porque también se han dado casos en los que uno ha dado sólo un pregón y al año siguiente da el de la Semana Santa. ¡Eso cómo se come! Si uno lleva tantos años pregonando será porque algo dice, porque a la gente le llega, ¿no? Es difícil, no hay un baremo para elegir al pregonero.

-¿Ha pensado ya, o lo había pensado alguna vez, cómo será su pregón?

-No. No tengo ni idea. Hay quien dice que tengo escrito el pregón desde hace muchos años. Pero no es así. Para no mentirte, tengo escritas dos líneas que custodia Manolo Abascal (cofrade del Nazareno del Amor) desde hace siete años, cuando un día me dijo "¿tú cómo empezarías el pregón de la Semana Santa de Cádiz?" . Le escribí una o dos frases y el papel lo cogió él y lo guardó. Han pasado siete años, y me llamó para decirme que sigue teniendo el papel.

-Una pregunta clásica, ¿poesía o prosa?

-Creo que tendrá grandes dosis de sinceridad, grandes dosis de sencillez, grandes dosis de amor, grandes dosis de caridad y grandes dosis de poesía. Va a ser sencillo, cofrade; y la caridad va a estar muy presente porque creo que es fundamental que se difunda la labor que hacen las hermandades.

Creo que tendrá mucha poesía y espero que no sea excesivamente crítico, porque cuando uno tiene la oportunidad de dirigirse a los cofrades desde el atril del Falla creo que hay cosas que hay que decir, pero también hay cosas que hay que callar.

-¿Qué espera de su pregón?

-Yo creo que cuando hay química entre una parte y otra se nota. Y lo nota uno cuando termina un pregón. Eso es lo que espero: que haya esa química entre el pregonero y el auditorio. Con eso me conformo, no aspiro a nada más. El pregón dura lo que tarde en leerse.

-Una marcha para su pregón.

-Muchas. Me gustaría que sonase La Caridad de tus Penas, pero cada vez que la escucho lloro, y eso me preocupa, así que no sé si escogerla. Pero hay muchas marchas: Regidor Perpetuo, Amargura, Sentir Cofrade de Julio Pardo, o una marcha que aún no se ha estrenado y que dedicó Antonio Escobar también a Sentir Cofrade. O Soleá dame la mano... hay muchas.