Cádiz

Las gaviotas reinan en el Castillo de Santa Catalina

Una gaviota sobrevuela el castillo mientras otra vigila.

Una gaviota sobrevuela el castillo mientras otra vigila. / Julio González

La pandemia trajo muchos cambios. La vida desapareció en el exterior y el silencio era la nota dominante mientras el Covid desplegaba sus alas a gran velocidad. Un nuevo mundo en el que hombres y mujeres dejaron de salir, de dominar los espacios públicos y en el que los animales descubrieron nuevas oportunidades.

Es lo que ocurrió con las gaviotas, que se encontraron con plazas vacías, playas despejadas y calles sin presencia humana y se hicieron dueñas de muchos espacios. Este es el caso del Castillo de Santa Catalina de Cádiz, donde estas aves aparecieron por primera vez con la pandemia y desde entonces no han dejado de regresar. 

Cada mes de abril y hasta bien entrado julio las gaviotas se hacen dueñas de este edificio y empollan y protegen a sus crías hasta que estas pueden alzar el vuelo. Por ello, los trabajadores de este enclave municipal denuncian los ataques a empleados y visitantes y el peligro que conlleva para la seguridad de todos aquellos que pasan por esta fortaleza.

Una de estas personas apunta que las crías suelen estar en el patio y que en muchas ocasiones tienen que salir huyendo porque las gaviotas les persiguen al creer que van a hacer daño a sus polluelos. "Vuelan muy bajo por el patio y se quedan en las cornisas vigilando. El otro día un turista entró con un paraguas y no paraban de revolotear a su alrededor", explica. "No puedes acercarte a las cornisas de los edificios porque ahí tienen los nidos y te atacan", prosigue otro empleado.

Una gaviota en lo alto de un mástil de la fortaleza. Una gaviota en lo alto de un mástil de la fortaleza.

Una gaviota en lo alto de un mástil de la fortaleza. / Julio González

Un trabajador añade que no temen solo un posible picotazo si no que algún visitante al salir corriendo pueda herirse. "El año pasado una persona se cayó al suelo y con la piedra ostionera se hacen bastante daño".

Además de estos miedos típicos, hay otra parte más desagradable y es que las gaviotas defecan encima de cualquiera que pasee por el castillo, cosa que ha ocurrido en repetidas ocasiones. "Compañeros del Museo, del Archivo Histórico y del Mercado nos han dicho que es sus tejados también son habituales y que temen que les pase algo".

Para intentar solucionar este problema, se ha dado parte al Ayuntamiento y un técnico de prevención se personó en el castillo y realizó un informe, pero de momento no han obtenido respuesta. "Esperamos que de cara al año que viene se actúe ya que este les queda poco tiempo aquí, pero lo más importante es que no tengamos que volver a pasar por esta situación de nuevo".

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