Cádiz

José Mazuelos

  • Con perfil científico, el obispo de Jerez es uno de los ideólogos de la Iglesia en bioética Algunos le llaman el 'kikobispo' por su cercanía al Camino Neocatecumenal

El nombramiento de José Mazuelos (Osuna, 1960) como tercer obispo de la joven diócesis de Jerez en junio de 2009 fue celebrado especialmente por los miembros del Camino Neocatecumenal, popularmente conocidos como los kikos, en honor a su fundador, el pintor Kiko Argüello, que desde las barracas del suburbio vallecano de Palomeras, en el año 1964, levantó uno de los mayores movimientos populares del catolicismo. La llegada de Mazuelos al obispado de Jerez significaba el definitivo espaldarazo al Camino, bien visto por Juan Pablo II y observado con cierta reticencia por otros sectores por un exceso de sobreactuación en sus puestas en escena, como llegó a denunciar el cardenal del tribunal supremo de la Santa Sede, Raymond Leo Burke, en unos documentos filtrados dentro del caso Vatileaks. Para Burke, los kikos tienen un concepto "anómalo" de la eucaristía. Lo cierto es que Mazuelos fue bautizado en algunos sectores como el kikobispo y los kikos sienten a Mazuelos como uno de los suyos.

Aunque Mazuelos no pertenece al Camino, siempre ha tenido palabras de agradecimiento para el movimiento en sus diferentes apariciones públicas, empezando por las palabras que dirigió el día que asumió su obispado. La decisión del arzobispado de Sevilla no era extraña, no ya porque Mazuelos, que venía de ser delegado pastoral para la Universidad Hispalense -lo que le otorga eso que se llama "cultura cofrade"-, fuera un hombre de confianza de Carlos Amigo, que lo era, sino porque, además, el Camino está firmemente asentado en la diócesis de Jerez contando con 19 parroquias, 80 grupos y 1.500 miembros.

 

La experiencia de los kikos en Jerez viene de muy lejos. Cuando la diócesis ni siquiera lo era, en 1974, Rafael Bellido, que luego sería primer obispo de Jerez, ayudó a su implantación. Bellido formaba parte de un sacerdocio muy vinculado a barrios y movimientos obreros, alejado de los fastos cofrades. El movimiento de Argüello, que actualmente defiende un pensamiento muy conservador, nació entre chabolas y su fundador en su juventud había sido antifranquista. Tenía las simpatías de Bellido. Las iglesias de San Marcos, de Jerez, y San Joaquín, de El Puerto, fueron las primeras, pero luego se sumó la que más relevancia le daría, Nuestra Señora de los Milagros, también de El Puerto. A la hora de escoger a su equipo, dentro de un frenético impulso renovador que llegó a numerosos cambios en las parroquias, Mazuelos contó con Diego Valle, párroco de Los Milagros, para llevar el puesto clave de la vicaría pastoral, que es la encargada del itinerario catequético de una diócesis, su 'laboratorio ideológico'. Pero en lo que podríamos llamar lo terrenal Mazuelos demuestra su sentido práctico y ha mantenido a Francisco Fuegos, de 75 años, como vicario de Economía, a la vista de los buenos resultados que le dio a su predecesor saneando las arcas de la diócesis y llevando a buen puerto la compleja operación de cambio de sede.

 

Si se podría calificar, simplificando mucho, al primer obispo de Jerez, Rafael Bellido, como un hombre de la calle; al segundo, Juan del Río, como un pragmático; a José Mazuelos habría que encajarle más en un perfil intelectual. Este hombre de campo, muy aficionado a la caza, tiene formación científica (es médico), lo que le ha hecho reflexionar sobre alguno de los más espinosos temas que se mueven en la frontera entre la conciencia y la ciencia. Ha escrito sobre eutanasia, sobre el inicio de la vida y firmó un artículo que ha servido de guía en la doctrina de la iglesia española cuyo título deja claras algunas de sus profundas preocupaciones: "Libertad de investigación y respeto a la vida". Especialista en bioética, fue el encargado de la clausura del Máster de Bioética de la universidad Católica de Murcia en 2010. 

 

En sus argumentaciones puede llegar a utilizar la reflexión  de filósofos tan alejados de la visión religiosa como Edgar Morin, demostrando que el suyo no es un  pensamiento cerrado y frente a lo que él denomina la "bioética ateo materialista" contrapone el concepto de igualdad: "Cuando el cristiano defiende los principios éticos fundamentales relativos al respeto a la vida y a la reproducción humana no hace ni debe hacer otra cosa que defender la justicia, y especialmente con los más desfavorecidos, con los que no tienen medios para defenderse", afirmó en una reciente conferencia en la Academia de San Dionisio.

 

Ningún obispo dirá cuál es su favorito de cara a la decisión que el cónclave de Roma tiene que tomar a partir de esta semana, pero se podría seguir una deducción para suponer cuál es el predilecto de la diócesis de Jerez. La cercanía de Mazuelos con el Camino nos lleva a Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, que siempre ha mimado a Argüello, que moviliza masas y tiene capacidad de llenar la calle. Propiamente, pese a su fuerza, el Camino carece de cardenales que puedan considerárseles afines más allá del propio Rouco. Rouco tampoco ha  manifestado sus preferencias, aunque no espera "saltos al vacío". Rouco quiere continuidad y la continuidad la encarna el arzobispo de Milán, Angelo Scola, pero éste es cercano a Comunión y Liberación, competencia, por expresarlo de algún modo, del Camino. El otro papable con el que los kikos se sentirían a gusto sería el 'joven' (60 años) arzobispo de Budapest, Peter Erdö. Quizá, no deja de ser una suposición, éste sería el Papa mejor visto desde Jerez.

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