Historias de Cádiz

José Antonio Primo de Rivera, abanderado de Cádiz... en 1928

  • El que después sería fundador de Falange llevó el pendón de Cádiz durante el desfile de los ayuntamientos en Madrid 

  • Petición para que fuera nombrado concejal honorario

Grupo de gaditanos en la manifestación de apoyo a Primo de Rivera, en Madrid

Grupo de gaditanos en la manifestación de apoyo a Primo de Rivera, en Madrid / Archivo

En 1928, el presidente del Gobierno, Miguel Primo de Rivera, gozaba de un indudable prestigio político. Había conseguido acabar con la larga y sangrienta guerra en África, derrotando a Abd-el -Krim tras un audaz desembarco en la bahía de Alhucemas. Primo había encabezado un golpe de Estado en 1923 y  emprendido una enérgica política de reformas y de obras públicas que fueron del agrado de muchos ciudadanos.  Por si fuera poco, había conseguido  atraer a gran parte del Partido Socialista y de la izquierda política española nombrando consejeros de Estado a varios de sus más destacados dirigentes, como Largo Caballero.

En este estado de cosas no es de extrañar que varios ayuntamientos de toda España, a instancias del de Ibiza, solicitaran del Rey Alfonso XIII  el título de ‘Príncipe de la Paz’ para Miguel Primo de Rivera, la misma distinción que ya ostentara Manuel Godoy, el todopoderoso valido de Carlos IV. El Ayuntamiento de Cádiz, en sesión celebrada el 19 de septiembre de 1928   acordó sumarse a tal petición, ya que “nadie hay con más derecho a ese título”. Esta curiosa solicitud quedó muy pronto en el olvido. 

Lo que sí se llevó a cabo, en septiembre de 1928, a los cinco años del golpe de Estado, fue un homenaje nacional al presidente del Gobierno y a la obra llevada a cabo por la Dictadura. En Cádiz tuvo lugar una concentración en el parque Genovés a la que acudieron representaciones de todos los pueblos de la provincia. El Ayuntamiento de nuestra ciudad acudió bajo mazas y la presidencia accidental de Álvaro Picardo por enfermedad del alcalde, Ramón de Carranza. Los oradores fueron el presidente de la Diputación, Diego Belando; el abogado del Estado, Félix Bragado; Fernando Carrasco; José Montoto; y el jefe provincial de la Unión Patriótica, organizadora del acto, José María Pemán.  Finalizada la concentración, los asistentes marcharon en manifestación hasta el Gobierno Civil.

El Ayuntamiento de Cádiz también acordó acudir corporativamente, bajo mazas y con el pendón de la ciudad, a la manifestación organizada en Madrid para el 13 de septiembre, aniversario del golpe de Estado que llevó al poder a Primo de Rivera. El municipio acordó que fueron comisionados a Madrid, diez funcionarios voluntarios por orden de antigüedad, además de los concejales, maceros y clarineros y los miembros de la Guardia Municipal a caballo.

Los funcionarios que acudieron a Madrid fueron Arturo García de Arboleya, Simón Delgado, Manuel Naranjo, Federico Rodríguez Revuelta, Francisco Larrahondo, Fernando Guilloto, Abelardo Díaz Chinchilla, José Martínez, Eduardo Rodríguez y Emilio de la Calle. Fueron también comisionados el mayordomo de la ciudad, Abelardo Leal; el maestro de ceremonias, Serafín Pró; el secretario del alcalde, José Anduaga; y los ujieres de sala.  Por enfermedad del alcalde Carranza y del primer teniente de alcalde, Álvaro Picardo, presidió la representación gaditana el teniente de alcalde Luis Beltrami.

Mientras los comisionados marchaban a Madrid continuaron en nuestra ciudad los actos de homenaje a Primo de Rivera. Destacamos el celebrado en la Prevención Municipal, conocido como  ‘el piojito’, en la plaza de la Merced. El inspector Manuel Barrios dispuso que los ‘inquilinos’  disfrutaran de un rancho extraordinario con el clásico menudo gaditano, vinos y puros habanos. A los postres fue llamado un ‘organillo’ para que amenizara la velada. Diario de Cádiz, al dar la noticia, señalaba que durante esta comida de los detenidos  el personal de la Prevención cuidó escrupulosamente para que reinara el orden.

La manifestación en Madrid dio comienzo en el parque del Retiro, donde se concentraron las distintas representaciones. El desfile atravesó la Puerta de Alcalá y la plaza de la Cibeles para pasar delante del Ministerio de Instrucción Pública, situado en la calle Alcalá, donde estaba la presidencia ocupada por Primo de Rivera.

La comisión gaditana estaba encabezada por la Guardia Municipal a caballo, estrenando vistosos uniformes, seguida de maceros y clarineros. El pendón de la ciudad no era portado por un concejal, como es tradición, sino por el hijo mayor del presidente del Gobierno , el joven abogado José Antonio Primo de Rivera.

Al llegar a la presidencia, un nutrido grupo de alumnos del Conservatorio de Cádiz, dirigido por Camilo Gálvez, interpretó la Marcha Real con letra de José María Pemán.  

Todos los periódicos resaltaron la presencia de José Antonio Primo de Rivera portando el pendón de Cádiz. Pemán, en su libro ‘Mis almuerzos con gente importante’, también describe la presencia del hijo de Primo de Rivera en la manifestación y formando parte de la representación de Cádiz, aunque nada dice del pendón .

Días más tarde, los concejales del Ayuntamiento de Cádiz  mostraron su sorpresa ante el hecho de que el pendón de la ciudad no fuera portado por un miembro de la Corporación.  Sorpresa y satisfacción ya que  algunos concejales propusieron que fuera estudiada la posibilidad de nombrar a José Antonio Primo de Rivera  concejal honorario de nuestro Ayuntamiento. Propuesta que quedó en el olvido.

Años más tarde, durante la Segunda República, José Antonio Primo de Rivera fue elegido diputado por Cádiz en unión de Ramón de Carranza y José María Pemán.

Tras la fundación de Falange Española y el inicio de la Guerra Civil, José Antonio Primo de Rivera sería asesinado en la prisión de Alicante el 20 de noviembre de 1936. Sus restos reposan en la basílica del Valle de los Caídos.

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