Gens una sumus ("Somos una familia") es el lema en latín que utiliza la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para definir un deporte en el que la inteligencia es la principal cualidad que hay que desarrollar para defenderse y no dejar que el rey tenga escapatoria sobre el tablero. Con innumerables beneficios pedagógicos, su práctica podrá formar parte próximamente del currículo académico de los estudiantes.

El pasado 11 de febrero, la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados aprobó una Proposición no de Ley presentada por el PSOE para solicitar al Gobierno la implantación del programa Ajedrez en la Escuela. Una iniciativa que parte de la recomendación realizada por el Parlamento Europeo en 2012 para su introducción como asignatura en el sistema educativo.

A partir de ahora, se debe abrir el camino para que su desarrollo normativo lo haga una realidad. Son muchos los colegios que lo incluyen en las actividades extraescolares, pero ya existen iniciativas educativas que permiten conocer los beneficios del ajedrez en los alumnos que lo practican dentro del aula. Este es el caso del CEIP Serafina Andrades de Chiclana, que desde hace dos años incorpora en las clases de Infantil y Primaria una sesión semanal de ajedrez dentro de la asignatura de Matemáticas.

Una experiencia que se nutre de la pionera realizada por el colegio privado Laude El Altillo School de Jerez, el primero en incluir el ajedrez dentro de las horas lectivas. La directora del CEIP Serafina Andrades, Teresa Simonet, explica que el proyecto, coordinado por la maestra María Dolores Palmero, se comenzó hace tres cursos, cuando los profesores recibieron formación por parte de Daniel Escobar, profesor de ajedrez de El Altillo, director escolar de la Federación Española de Ajedrez, maestro y árbitro FIDE.

Desde su aplicación en el currículo en el curso 2013/14, Simonet señala que "todo han sido ventajas y los niños están encantados", ya que ha permitido "una mejora de los alumnos tanto en la concentración como en el pensamiento lógico" a partir de "un ajedrez educativo, no de competición".

De esta forma, la enseñanza va desde las nociones básicas a los niños de Infantil con el conocimiento de las piezas y sus movimientos hasta "los mates y las aperturas específicas" que llegan a conocer los alumnos de 6º de Primaria.

La elección de la asignatura de Matemáticas se debe, según la directora, a que "es la actividad más parecida. Las Matemáticas no son solo cálculo, sino que también incluyen la lógica o el cálculo espacial para saber qué es una vertical, una horizontal o una diagonal. Además, se utilizan las tablas de producto cartesiano para escribir las jugadas". Asimismo, también se unen actitudes que ayudan a fomentar el desarrollo de la persona, como es "pensar las cosas antes de hacerlas", lo que permite avanzar en su madurez.

La posibilidad de que el ajedrez entre en las aulas no es nueva. Con el desarrollo de la LOGSE, en sus primeros años se permitió su inclusión como optativa en la Educación Secundaria. Javier Santos es inspector de Educación en la Delegación Territorial y su labor como docente le permitió desarrollar en los años 90 el currículo del ajedrez como asignatura en Canarias, su tierra natal. "Participé en la redacción del contenido de la asignatura. La LOGSE permitió que se desarrollaran gran cantidad de optativas y una de ellas fue el ajedrez. Si había un número suficiente de alumnos, cualquier instituto podía incluirla en su currículum con una hora semanal", relata. Sin embargo, el avance de la LOGSE cortó ya a mediados de los 90 esta posibilidad que pronto se puede volver a retomar.

Santos une su trabajo como inspector de Educación con su pasión como ajedrecista, ya que forma parte del Club de Ajedrez Shahmat de Sanlúcar, con el que ha sido campeón de Andalucía por equipos. Esta experiencia, mezclada con lo laboral, le permite argumentar los beneficios de su práctica por los estudiantes. "Siempre he incidido en que el ajedrez desarrolla la creatividad. La creación es muy difícil de trabajar en la escuela, ya que no es copiar un dibujo. Desde que te inicias, el practicante se pone en contacto con la creación pura", relata.

A esto se suma otro aspecto, como es el de la responsabilidad del estudiante. "La toma de decisiones en el desarrollo de los niños y los adolescentes es importante, ya que conocen las consecuencias y son más reflexivos", reflexiona Santos.

En Cádiz capital, el único club de ajedrez es el Ánfora-Elecam, ubicado en el Centro de Promoción Ciudadana El Puntal. Su monitor es Ignacio Hernández, que imparte clases a unos 40 niños tanto en este club como en tres colegios de Puerto Real. A partir de su experiencia como instructor, resalta entre sus bondades para los más jóvenes que "poco a poco se mejora la memoria y la concentración. Si se sabe hacer bien, el ajedrez es una forma divertida de meterle a los niños pensamiento lógico e inteligencia abstracta".

Por esto, defiende Hernández que la ajedrez es diferente al resto de asignaturas en la educación, ya que "no tiene un trayecto tan claro. Cada niño aprende a su ritmo. Hay niños que se defienden muy bien y otros que atacan muy bien".