Ayuntamiento de Cádiz

Emasa capea la crisis del Covid

  • La empresa va a pedir un nuevo préstamo de 600.000 euros para otorgar mayor seguridad económica

  • Estudia varias alternativas para sortear el difícil escenario con solvencia

La zona azul, prácticamente sin coches, habilitada en la bolsa de aparcamiento de la Avenida de Astilleros.

La zona azul, prácticamente sin coches, habilitada en la bolsa de aparcamiento de la Avenida de Astilleros. / Lourdes de Vicente

A la espera de que la pandemia del coronavirus se dé por aparcada, la empresa municipal de Movilidad, Emasa, conduce en los últimos meses sorteando todos los obstáculos que ha generado la crisis asociada al Covid. Posiblemente sea esta sociedad la que más directamente note en el Ayuntamiento los efectos de la pandemia, que dejó a la población confinada en sus domicilios (sin acudir a los centros de trabajo y, por tanto, sin utilizar el vehículo personal) y con un toque de queda y unas restricciones de movilidad, horaria y de actividades que han tenido consecuencias directas en la zona azul y en los aparcamientos que están bajo su gestión.

Pese a la caída de ingresos brutal que ha experimentado la empresa por la pérdida de toda esa actividad, y con un gasto de personal que llega al 80% del presupuesto, en la empresa trasladan cierta tranquilidad respecto al escenario actual y el futuro. No en vano, en los últimos meses se han cerrado dos operaciones financieras que dejan un colchón de 1,8 millones de euros para ir afrontando la crisis.

El pasado año 2020 se suscribió un préstamo de 1,1 millones de euros para hacer frente a la caída de ingresos sin que la sociedad se viera afectada. Y la pasada semana el consejo de administración dio luz verde a otra operación para solicitar un préstamo ICO de 750.000 euros. Fuentes del consejo han trasladado que este nueva solicitud bancaria se defendió “por cautela financiera”, por si la situación generada por la pandemia se mantiene en el tiempo y se agotara la cantidad ya concedida en 2020 de 1,1 millones.

No obstante, desde la presidencia de Emasa se insiste en la tranquilidad y el control sobre la situación actual. “De los 1,1 millones apenas se han utilizado a día de hoy 300.000 euros”, explican. El nuevo crédito ICO, por tanto, se solicita para aprovechar unas condiciones ventajosas que los bancos ofrecen hoy y que posiblemente pueden ser peores en un futuro, si la empresa necesitara ese rescate bancario. “Pero la intención es no utilizar esos 750.000 euros”, aseguran.

Es más, ante un posible empeoramiento del escenario que obligue a Emasa a utilizar los 1,8 millones que han prestado los bancos, se indica que también habría otras posibles soluciones que garantizar la continuidad y el bienestar de la firma. En esa hipotética situación, el presidente de Emasa, Martín Vila, plantea la posibilidad de vender aquellas plazas de aparcamiento recientemente incorporadas como bienes patrimoniales a la empresa (como en los bajos del estadio Ramón de Carranza, en Segunda Aguada o en la calle América del barrio de Astilleros). Esa operación se estima que generaría unos dos millones de euros de beneficios sin repercutir en la actividad.

Del mismo modo, se avanzan algunas operaciones que se están trabajando en la actualidad y que pueden mejorar la situación de la empresa; como un procedimiento relacionado con el aparcamiento de Cortadura, u otro con el servicio municipal de grúa.

Por tanto, Vila se muestra muy tranquilo respecto a la deriva de Emasa en medio de la crisis económica actual. Fruto de ello es la aprobación en ese último consejo de administración celebrado la pasada semana de la compra de un nuevo vehículo eléctrico (el segundo que adquiere Emasa) y de dos unidades de sistema móvil de reconocimiento automático de matrícula. Inversiones que suman un montante de 89.600 euros.

De hecho, el presidente de la sociedad es bastante optimista respecto al trabajo que se está haciendo y del modo en que Emasa saldrá de la crisis económica. Hasta tal punto, que si las limitaciones impuestas por la pandemia y que de manera tan directa están afectando a la fuente de ingresos de Emasa (la gestión de la zona azul y de los aparcamientos de su titularidad) no se alargan excesivamente en el tiempo, a lo largo de este año incluso podría plantearse la implantación del servicio municipal de alquiler de bicicletas que será el complemento que necesita el carril bici que está implantado en la ciudad.

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