Cádiz

Aquel verano de 1977

  • El agosto en que se murió Elvis Presley cantábamos por Rafaella Carrá

La última imagen de Elvis Presley con vida.

La última imagen de Elvis Presley con vida.

Era tan fantástica tan fantástica aquella fiesta, como decía aquel verano Rafaella Carrá, que va Elvis Presley y se muere de pura fiesta de anabolizantes al ritmo del Suspicious mind, su último gran éxito con el que en Las Vegas, vestido de payaso, quemaba calorías a un ritmo asfixiante. Se murió justo entre Antonio Machín y Groucho Marx. Y desde el mismo día (16 de agosto) que se murió Elvis en las noticias de las tres se hizo inmortal porque, al parecer, nunca se ha muerto, ni 40 años después. Elvis sigue vivo. Ya saben, en la isla. Hay pruebas de ello si uno se mete en los foros adecuados.

Hasta entonces era un verano que se había desarrollado tórrido como pocos. En Atenas estaban que se asaban porque llegaron a los 48 grados, aunque como por entonces no se hablaba del cambio climático no se sabía muy bien por qué aquello. Nosotros bien porque la Unesco hizo a la Sierra de Grazalema reserva de la biosfera y todo arreglado, ya teníamos una reserva. Bajo ese calor Eddie Merckxx dejó de ganar el Tour y un español, Galdós, fue hasta cuarto, lo que por entonces era una hazaña. Induráin tenía entonces doce años.

Pero, como digo, hasta la muerte del Rey, el del rock, no el otro, que gozaba de todas las caderas en su sitio, el verano se necesitaba para digerir las emociones fuertes que habíamos tenido semanas atrás. Porque hubo elecciones en junio, figúrese qué cosa más rara, al ritmo de Libertad sin ira, de Jarcha, que decía que habíamos estado callados hasta en la cama; porque se había estrenado la primera de todas las guerras de las galaxias, con más vidas que Elvis Presley; porque las andanzas de Curro Jiménez nos tenían con el alma en un puño con su destape de baja intensidad. El bandolero que reinventaba la historia de nuestra independencia que ya nos habíamos reinventado en el franquismo con Agustina de Aragón era el personaje más famoso de la tele... junto a ¡Mercedes Milá! Sí, cuando el dinosaurio despertó...

Chiquillería había mucha porque las mujeres, con menos de 25 años, ya tenían su primer retoño y no sería el único: tendrían uno y medio más y sin necesidad de tener un gran apagón como el de Nueva York aquel mes de julio. En toda España sólo había 160.000 extranjeros (hoy sólo en Andalucía hay 170.000 británicos) y la inflación nos mataba porque un litro de leche estaba por las 20 pesetas y la caña de cerveza a diez. A ver quién pagaba eso con un salario mínimo de 13.000 pelas (78 euros). Y aún así, veraneábamos. E incluso alguno se compró un coche. Quizá uno de los últimos 124. Lo digo porque ese verano dejó de fabricarse. La desaparición más notable de aquella canícula con el permiso de Elvis Presley, al que Dios guarde muchos años.

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