EL espacio que hoy se muestra se ubica en la localidad jandeña de Medina Sidonia. Sus propietarios, residentes en Finlandia, eligieron esta localidad donde pasan temporadas por la vida local de sus gentes y la grandiosidad de la zona.
La casa data del siglo XVIII y ocupa cien metros cuadrados que se hallan repartidos en la entrada, pasillo, salón, cuarto de estar, dormitorio, baño y cocina.
En la entrada de la casa un bureau de cuero y tachuelas doradas, comprado en Londres, da la bienvenida junto con una jamuga de piel y madera comprada en Ecija. Una de sus esquinas la ornamenta una bonita columna dorada del siglo XVIII, adquirida en Barcelona. Un lateral de la entrada se utiliza como biblioteca donde alberga un gran número de libros y objetos decorativos en su mayoría religiosos. Una lámpara de hierro, que cuelga del techo, ilumina todo el espacio descrito.
El corredor que comunica con las diferentes estancias de la casa alberga una colección de azulejos sevillanos de los siglos XVIII y XIX. También en este espacio, entre sus objetos decorativos, destaca una capilla de madera con la imagen de San Antonio y un juego de faroles granadinos y marroquíes.
El salón lo preside un retrato al óleo de los años 60 adquirido en Osuna y otro austriaco del siglo XVIII, del pintor Karl Begas. En uno de sus laterales se ubica un sofá tapizado en blanco en torno a una mesa de patas de madera torneadas, en la cual se apoya un plato de metal, adquirido en la región de Cashemere en India. Otros de los laterales de la habitación lo ocupa un arcón de madera, con una pareja de sillas alfonsinas de madera y cuero en sus laterales.
Una bonita y proporcionada cómoda danesa decora uno de los rincones. Sobre ella se apoya una pareja de candeleros dorados del siglo XVII. En la parte superior de este espacio cuelga, una cornucopia dorada del siglo XVIII. En esta estancia, como mesa auxiliar, se ha colocado una mesa de noche de los años 20 del siglo pasado adquirida en Francia. Un sillón alfonsino restaurado y tapizado en tonos dorado se ubica en una de sus esquinas, y en su parte posterior, cuelga de la pared una pequeña repisa de madera marroquí. Un farol de metal antiguo de procesión adornauno de sus espacios. También cuelga de sus paredes un grabado de la Virgen de Las Mercedes y una pintura de San Ignacio.
El cuarto de estar lo protagoniza una pareja de sillones escandinavos de los años 50 del siglo pasado, tapizado en gris junto a un sofá en tapizado verde manzana inspirado en los 70. Entre los muebles que ornamenta la estancia se encuentra un bureau pequeño francés. También una cómoda alfonsina, sobre la que se apoya una pareja de candeleros dorado y una lámpara de cristal, como objetos decorativos. Un origina puff, con cojines de Siria, se ubica en una de sus esquinas. Entre sus paredes cuelga un conjunto de grabados franceses y unas pinturas que representan a un grupo de santos del siglo XVIII, procedente de las puertas de un antiguo oratorio. También esta estancia la decora, tres cristos de talla de madera, que cuelga de una de sus paredes.
En el dormitorio una colección con numerosas máscaras de diferentes países, protagoniza parte de la decoración. Dos antiguos saris, indios, cubre la cama. En los laterales de la cama se ha colocado como mesas de noche, una pareja de mesa procedentes de la región de Cashermire, sobre la que se apoya una pareja de lámparas doradas del S.XVIII. Un gran plato de metal de India, se ubica, en la parte superior de la cama. Junto a ellos, una pareja de marcos dorados y negros, con retratos del rey de Angola.
La cocina se encuentra revestida con azulejos industriales blancos que los combina con el acero inoxidable de su mobiliario y una foto de Mario Testino.
Toda la casa tiene una atmósfera del pasado a través de sus materiales decorativos y de construcción.
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