La clásica estampa del Miércoles de Ceniza con el Crucificado de Vera-Cruz presidiendo el altar mayor de San Francisco no podrá repetirse esta Cuaresma. El titular de la corporación del Lunes Santo no podrá estar al culto en los próximos días y ni siquiera presidirá el quinario de la hermandad, que comienza el martes día 23.

El motivo de esto es el proceso de restauración al que está siendo sometida la imagen por parte del gaditano José Miguel Sánchez Peña. Según ha explicado a este medio el mayordomo de la cofradía, Pablo Castellano, (y como han informado a los propios hermanos de Vera-Cruz a través de correo electrónico) en la limpieza a la que está siendo sometida la imagen se ha apreciado la conveniencia de actuar más a fondo de lo que estaba previsto en un principio, ya que se ha localizado en la imagen un exceso de polvo, de barniz y algunos efectos del tratamiento antixilófagos al que fue sometido hace unos años.

Por todo esto, Sánchez Peña ha recomendado a la hermandad acometer esta limpieza más profunda aprovechando la intervención que se está acometiendo, a lo cual ha accedido la junta de gobierno de Vera-Cruz para evitar, entre otras cosas, que dentro de pocos años hubiera que intervenir otra vez al Crucificado.

Así que la puesta al culto de nuevo de la talla atribuida a Giussepe Picano se retrasa hasta finales de Cuaresma, según la previsión de la junta de gobierno. En este sentido, lo que contempla la hermandad actualmente es que la imagen retorne a San Francisco con motivo del besapié que celebran el fin de semana del pregón.

Si se cumplen estas previsiones, el Crucificado llegaría el jueves 18 de marzo, estaría en besapié los días 19, 20 y 21, Domingo de Pasión, cuando por la noche ya sería subido al paso procesional en un acto que se hace con las puertas abiertas y con acompañamiento musical.

Mientras, desde el Miércoles de Ceniza y durante los cultos cuaresmales será la Virgen de la Soledad la que presida el altar mayor del templo franciscano. A su espalda llevará la actual cruz del Cristo, ya que además de proceder a la limpieza de la imagen José Miguel Sánchez Peña está tallando una nueva cruz de mayores dimensiones y que mejora el sistema de afianzamiento a la base en el paso procesional, aminorando así el cimbreo actual que podría afectar a la imagen. Junto a esto, Sánchez Peña (que es hermano de Vera-Cruz) está realizando también una nueva corona de espinas.

Precisamente, esta restauración de la imagen junto a la cruz y a la corona de espina será uno de los grandes estrenos de Vera-Cruz para esta Cuaresma. También trabaja la hermandad en la confección de las túnicas de ruán (que sustituirán totalmente a las actuales) y en el proyecto de mejora y restauración del paso de palio, entre otros frentes.