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El coronavirus en Cádiz: "Un día pensé que me iba a quedar dormido y que no volvería a despertar"

  • José María Pabón Silva, gaditano de 43 años, ha superado el COVID-19 después de dos semanas en el hospital de San Rafael

  • "Al darme el alta la doctora me reconoció que habían estado muy preocupados y que no podían conmigo"

José María Pabón en la puerta de la habitación de San Rafael el miércoles con el alta en la mano.

José María Pabón en la puerta de la habitación de San Rafael el miércoles con el alta en la mano. / D.C.

439. El número no lo olvidará nunca. El de la habitación del hospital San Rafael en la que estuvo ingresado del 17 de marzo al 1 de abril con coronavirus. Vive para contarlo, pero el gaditano José María Pabón Silva, de 43 años, reconoce que “uno de los días, el viernes 20, creía que me iba a quedar dormido y no despertaría más”. Afortunadamente venció al COVID-19 y el miércoles 1 de abril, día del alta, dice que volvió a nacer.

Un viaje a la capital de España podría haber sido el origen de todo. “Fui a Madrid por trabajo el lunes 9 y me vine el jueves 12 porque ya allí empezaba a estar la cosa fea. El sábado me sentí resfriado, me dolían los huesos, pensé que era un enfriamiento. El domingo tenía mucha tos, mucha fiebre y me asfixiaba. El lunes, con 39,6 de fiebre, llamé a un conocido que trabaja en el hospital de San Rafael y me dijo que me fuera para allá el martes 17, temprano”, relata José María. Cuando llegó al centro hospitalario “ya estaba todo el mundo preparado con los equipos de protección”. Le llevaron a una sala y le hicieron varias pruebas, entre ellas una rápida del coronavirus que dio negativo. “Lo primero que me vieron fue una gran neumonía que me cogía el pulmón derecho. Por la tarde, una prueba más completa de coronavirus que tenían que enviar al Puerta del Mar. Y dio negativa”, cuenta.

Miércoles, jueves y viernes la cosa fue a peor. “Ese viernes 20 creí que me iba a quedar dormido y que ya no me iba a despertar. Me hicieron ese día otra prueba del COVID-19. Y el sábado por la noche me di cuenta de que estaba infectado por los movimientos que vi en el personal sanitario. Al día siguiente, domingo, me dijo la doctora que tenía el coronavirus”, evoca.

“Daba miedo ver entrar en la habitación a los sanitarios y a las limpiadoras equipados como buzos. Yo me iba a una esquina no sé por qué, si por miedo a contagiarles, o no sé. Ellos me tranquilizaban diciéndome que estaban haciendo su trabajo”, añade.

Los tres días siguientes con el tratamiento ya no tenía fiebre. “Fui mejorando y un día y medio antes de salir me quitaron los medicamentos”, explica. Le dieron el alta el miércoles por la mañana. “Empecé abril con la mejor noticia de mi vida: he vuelto a nacer”, apostilla.

"Los dos o tres primeros días veía las noticias en la televisión pero dejé de verlas. Era muy doloroso"

Pasado el trago, Pabón destaca lo mal que lo ha pasado en el aislamiento. “Todo el tiempo aislado y solo, eso se lleva muy mal porque son muchas horas en las te comes el coco. Los dos o tres primeros días veía las noticias en la televisión pero dejé de verlas. Era muy doloroso”, admite. Las dos semanas fueron “muy duras, sin visitas, sin fuerzas ni para hablar por el móvil con la familia los primeros días. Luego ya me pasaba el día con videollamadas para hablar con mi gente”.

Su gente, de la que no se olvida. Ni familiares ni amigos. Especialmente su coro carnavalesco, el de Procopio y el Chapa, que ha estado pendiente de él en todo momento. “Una noche los compañeros del coro me mandaron un emotivo video dándome ánimos. Al día siguiente me levanté sin fiebre. Pareció como una señal, como un chute de alegría. Se lo dije a la doctora y me dijo que menos mal, que qué alegría, porque habían pensado ya meterme en la UCI”, afirma.

“Una noche los compañeros del coro me mandaron un emotivo video dándome ánimos. Al día siguiente me levanté si fiebre. Pareció como una señal, como un chute de alegría"

Todo se recondujo hasta quedar limpio del maldito ‘bicho’. Eso sí, al obtener el alta hospitalaria la doctora Sánchez le reconoció que “habían estado muy preocupados por mí, que no podían conmigo”. “Me han dicho que estoy totalmente limpio, sin medicación, y que ya si quiero puedo dar dos besos a mi madre. Que siga confinado como todo el mundo. Me queda un poco de asfixia, pero eso es de la neumonía. Nada que no se pueda mejorar”, apunta Pabón, que solo tiene palabras de agradecimiento al personal del hospital de San Rafael. “Me han tratado de categoría. Agradezco la labor del personal sanitario de San Rafael, a la doctora Sánchez, al doctor Linares… a todos”, dice.

José María Pabón tiene ya dos fechas de cumpleaños: el 7 de enero, el natural, y el 1 de abril, cuando salió del hospital. Y es consciente de que ha sido “parte de esta historia” y de que cuando sea mayor contará “esta batallita” como protagonista directo que fue.

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