De andar por casa

Creatividad a raudales en una casa en El Puerto

  • El conocimiento de sus propietarios en el campo de la gastronomía y el arte han sido claves en la decoración de esta vivienda con un gusto exquisito

El artista mexicano Sergio López y el chef sueco Peter Norman, sentados en un sofá del diseñador austro-sueco  Josef  Frank

El artista mexicano Sergio López y el chef sueco Peter Norman, sentados en un sofá del diseñador austro-sueco Josef Frank / Roberto Amorós

La casa que hoy describimos es una espectacular y singular vivienda en la calle Palacios de El Puerto de Santa María, desde la que se puede ver la iglesia Mayor  Prioral  y sus cigüeñas. La casa es un proyecto del prestigioso chef sueco Peter Norman y del artista mejicano Sergio López. Tras encontrar este edificio de principios del siglo XIX,  decidieron hacerla suya y restaurarla sin perder la esencia de las casas portuenses. A lo ya existente le añadieron su exquisito gusto y conocimiento en la decoración y el arte. 

La casa ocupa una superficie de 450 metros en dos plantas. Entre sus dependencias se encuentran un salón de verano, otro de invierno, cocina, comedor y cuatro dormitorios con sus baños y un estudio. 

Una amplia cristalera industrial en la primera planta comunica con la cocina y el comedor, ubicada en un mismo espacio.

La cocina utiliza el color blanco en su mobiliario y sus paredes están revestidas con azulejos industriales. Como mesa se utiliza una antigua mesa San Antonio que combina con un grupo de sillas de rattan con cojines azul. En una de sus esquinas se ubica una mesa auxiliar de lata azul y patas de hierro. Una barra de mármol de tres metros divide el espacio descrito con el comedor. 

Este está presidido por una mesa de madera adquirida en un rastro acompañada de un grupo de sillones de rattan. En la parte superior de la mesa y sobre una tela de lino, se apoya un jarrón francés y una pareja de candeleros como elementos decorativos. Un mueble de campo de madera de finales del siglo XIX se coloca en uno de sus laterales como mueble auxiliar. Esto está ornamentado por una pareja de floreros granadinos  y un fanal con una escultura del artista Sergio Mora. Entre los cuadros que cuelgan de sus paredes se  halla una pintura de la jerezana Ana Barriga y un cuadro del artista neoyorquino Mu Pan. Una lámpara, del diseñador Tom Dixon, se utiliza para iluminar parte del espacio. 

Mientras tanto, toda la viguería de su techo, tanto en la cocina como en el comedor, esta pintado en amarillo Barragán.

La sala de estar la preside un sofá blanco tapizado en lino de la firma inglesa Howard, junto a una pareja de butacas de bambú. Todo ello se coloca en torno a una mesa sueca de madera de los años 50 del siglo pasado. En un lateral se coloca un sillón con reposapiés  del diseñador austro-sueco Josef Frank, así como los estampados que se utilizan para su tapizado. Una de sus paredes está decorada con una gran foto de una escena cotidiana de Madrid con los propietarios de la casa, realizada por la fotógrafa Daniela Gyllensten. También un retrato de Peter Norman, realizado por la artista israelí Kiki Almqvujit, cuelga de otra de las paredes de esta estancia.

En el dormitorio principal se ha elegido el rosa Barragán para el color de sus paredes. El cabecero de madera de los años 70  lo combina con dos mesas de noche de madera de mediados del siglo pasado. Colgando de la pared en la parte superior del cabecero se  ubica una foto que refleja una escena de la vida diaria de Rajastán, de la fotógrafa Kfirharbi. También dos obras del mejicano Sergio López resaltan en  otra de las paredes de la estancia;  una langosta en naranja y un escarabajo en amarillo. 

Para el baño de este dormitorio se ha elegido el verde para sus paredes. Ello lo combinan con el blanco de los  azulejos y el tono verde de su suelo hidráulico. Entre sus muebles auxiliares destaca una mesa antigua de madera sobre la que descansa un juego de tarros de cerámica Fornasetti. Entre los cuadros que visten sus paredes se encuentran unos antiguos grabados de Rajastán junto con una máscara africana.

Las diferentes estancias de la casa destacan por la amplitud de sus techos y dimensiones de sus cuartos, que junto con la diferente gama de colores utilizadas,  hacen de ello unos espacios diferentes, llenos de belleza y originalidad.

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