40 Aniversario de la Constitución Española

Dos constituciones y el mismo anhelo

  • Las Cortes Generales realizan un tributo en el Oratorio a la Constitución de 1978 y la conectan con la Carta Magna de 1812 con un reconocimiento a los países iberoamericanos

No hace mucho tiempo en el Oratorio se repetían los actos de homenaje a la Constitución de 1812 con motivo de su bicentenario y en cada uno de ellos se miraba o se hacía mención a América. Pero el Doce desapareció y de todos esos actos sólo quedó el recuerdo. 

Ahora se vuelve al pasado para conmemorar el presente, la vigencia de una Constitución, la de 1978, que cumple ahora 40 años. Así, las Cortes Generales y representantes diplomáticos de la comunidad iberoamericana celebraron ayer la próxima efemérides de la Carta Magna con un acto en el Oratorio que estuvo muy desangelado, pese a la presencia de los presidentes de las dos cámaras legislativas, Ana Pastor (Congreso) y Pío García Escudero (Senado).

En las intervenciones de los dos presidentes y también en el de José Pedro Pérez Llorca, considerado uno de los padres de la Constitución de 1978, se trató de hacer un paralelismo entre las dos y la trascendencia que tuvo, no sólo para España sino también para la comunidad iberoamericana.

Ana Pastor, por ejemplo resaltó que hace 40 años, al igual que ocurrió en 1812, "se abrieron las puertas del futuro, se creó una sociedad plural y abierta, se dio forma a los anhelos del pueblo español por encima de los partidismos".

"Quienes hicieron la Constitución posibilitaron que, como en 1812, los españoles recuperaran la soberanía", además de propiciar un sistema democrático y establecer las bases de un Estado social, tal y como señaló Pastor. Así, recordó que "el sí a la Constitución ha supuesto cuarenta años de avances en todos los ámbitos, y colocó a España en el mundo contemporáneo como nación moderna y pujante".

Por ello, añadió que quienes hicieron la Transición permitieron que, tal y como ocurrió en 1808, "la nación española recuperase el ejercicio de su soberanía".

Con respecto a la primera Carta Magna del ordenamiento jurídico español y a Las Cortes de Cádiz, "sembraron en nuestros pueblos el afán de una construcción democrática que ha signado nuestra historia contemporánea". Entonces, tal y como se encargó de adelantar previamente José Pedro Pérez Llorca, convirtió en ciudadanos a todos los españoles de un lado y otro del Atlántico.

Por ese motivo, Ana Pastor consideró conveniente "volver sobre esa historia para estrechar el lazo que no sólo nos vincula con toda la fuerza de unas raíces comunes, sino también con el compromiso, siempre vigente, de que los iberoamericano represente en el mundo la defensa de los derechos y las libertades y la búsqueda de la justicia y el progreso".

Por ello insistió en la idea de que dar a España "el reconocimiento de sus dimensiones internacionales no sería posible si no se tomase en cuenta su pertenencia a la comunidad iberoamericana". Así, señaló que esa conciencia iberoamericana "estuvo presente durante todo el proceso de construcción y consolidación de nuestro sistema democrático". Eso, a su juicio, fue lo que buscó impulsar las cumbres iberoamericanas.

Pastor también que para certificar esos vínculos está "el invalorable patrimonio que para todos constituye la lengua española, una lengua que nos identifica y que nos proyecta al futuro con una voz propia".

Por su parte, Pío García Escudero incidió en que "los mismos principios y valores" rigieron la Constitución de 1812 y la de 1978, "que son los que ha dado forma a nuestro mundo" y añadió que "todo ese acervo político sigue teniendo validez" y es necesario para "afrontar un futuro de progreso social".

Pérez Llorca, que fue el que abrió los discursos, efectuó un recorrido histórico y detalló las circunstancias en las que se proclamó la Constitución de 1812, de la que ha dicho que poseyó "una fuerza mítica, por la influencia que tuvo en su época en otros países, por haber sido elogiada por Jefferson y cantada por Byron".

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