Después de casi 50 años de historia y varias generaciones de clientes, la emblemática pizzería Caruso, en la calle Escritor Ramón Solís y con terraza al paseo marítimo por la avenida Fernández Ladreda, ha cerrado sus puertas. Fue un establecimiento de referencia cuando en Cádiz apenas existían negocios hosteleros de comida italiana. Se hizo popular por sus pizzas de masa fina vendidas por metro o medio metro. La pizzería cerró hace poco menos de un mes dejando un local más que apetecible para emprender un nuevo negocio, en una zona revitalizada por el ensanche de la acera y, además de la ampliación de las terrazas, la eliminación de los aparcamientos en Fernández Ladreda, entre las esquinas de Santa Rafaela María y la plaza Asdrúbal. 

Fue Vincenzo Rivieccio, un trabajador que se dedicaba a montar instalaciones contraincencios en los barcos de Astilleros Españoles, quien abrió en el año 1971 la trattoria y pizzería Caruso, para seguir así los pasos hosteleros que algunos de sus familiares habían dado en su Italia natal. Rivieccio vendió el local y dejó el negocio en el año 2003. Desde entonces ha pasado por varias manos hasta precipitarse el cierre el mes pasado.

Con el Caruso pierde la ciudad otro establecimiento histórico en el plazo de un mes. En octubre dijo adiós el Bar Lucero en la avenida del Puerto después de 61 años como lugar de referencia.