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Urbanismo La mejora en los pisos de varias zonas de la ciudad provoca que los inquilinos tengan que mudarse temporalmente

Casas provisionales

  • El barrio de Astilleros es uno de los que acoge a más familias en régimen de realojo porque sus viviendas se encuentran en proceso de rehabilitación

El Ayuntamiento y la Junta de Andalucía están rehabilitando actualmente un gran número de viviendas en Cádiz. Esto hace que sus inquilinos tengan que mudarse provisionalmente a otras zonas de la ciudad, como el barrio de Astilleros, uno de los que acoge a más familias que esperan una nueva casa.

En el 3ºF de la calle Emilio Castelar, 3 vive Dolores. Ella dejó su casa del barrio de Santa María hace cinco años. "El dueño de mi piso me dijo que estaría fuera dos años o un poco más y por lo visto todavía no le han metido mano a la casa. Me parece que yo ya no vuelvo para allá", se lamenta.

Dolores vive bien en Astilleros. Afirma que es una zona buena y el piso es soleado, pero muy incómodo. La mayoría de las viviendas del bloque 3 de Emilio Castelar son duplex, con la cocina y el salón en la planta baja y dos habitaciones y un cuarto de baño en la de arriba. "A mí me operaron de la pierna y he pasado mucho subiendo y bajando las escaleras para limpiar, para vaciar el cubo de la fregona, para ir al cuarto de baño... ", comenta.

Esta mujer echa de menos su antigua casa, que era mucho más grande. "Tuve que deshacerme de algunos muebles y otros los tengo guardados. Aquí, no puedo hacer boquetes en las paredes ni puedo colgar nada. Ya no nos van a dar una casa como la que teníamos antes, no nos hace falta. Tampoco quiero mucho, sólo una casa más cómoda que no tenga escaleras".

En este edificio están realojadas muchas personas mayores que se quejan de lo mismo. Algunas han tenido que poner la cama en el salón porque no pueden subir a la planta de arriba. Josefa, del 3ºJ, lleva más de cinco años realojada allí. Ella, junto con Consuelo, del 3ºK, pertenecen a la sexta fase de rehabilitación del Cerro del Moro. Según las informaciones que han recibido de la Junta de Andalucía - que está costeando la reforma de su barrio y es propietaria del inmueble que habitan actualmente -, para finales de año pueden estar ya en sus nuevas casas.

Josefa tiene ganas de volver al Cerro del Moro porque en Astilleros ha vivido toda la enfermedad de su marido fallecido recientemente, y le trae muy malos recuerdos. Además, en el Cerro del Moro tiene más cerca a sus hijas. Pero reconoce que en la casa actual está muy bien. Dice que está contenta con el barrio y con los vecinos, que son "muy buena gente". De lo único que se queja es "de la escalerita, que me tiene muerta. Para hacer pipí es muy incómodo. Alguna vez no me ha dado tiempo de llegar arriba... Es que no me responden las piernas, y hay días que por no subir las escaleras dejo la cama sin hacer".

Consuelo también le pone pegas a las escaleras. "Cuando estás cocinando y te estás haciendo pipí, tienes que subir para arriba... Y para limpiar también es muy incómodo el subir y bajar los cubos".

Otra queja de estas vecinas es el tendedero, que es muy pequeño "y no se puede tender mucha ropa ni cosas grandes".

Eva, sin embargo, no tiene ni una queja de su casa de realojo. Ocupa con sus dos hijos el 7ºB de la calle América, 6 y está encantada. "Llevo aquí siete años porque vivía de alquiler en la Casa Lasquetty, y ahora me gustaría quedarme aquí. Lo malo es que se paga mucho de luz y agua, pero la casa es de categoría, con mucha luz y con doble cristal en las ventanas. Ojalá me pudiera quedar porque esto es una maravilla". Antes vivía en un piso con la cocina en el salón y un cuarto de baño compartido por todos los vecinos, y el que ocupa ahora tiene tres habitaciones grandes, salón con terraza, un cuarto de baño y la cocina. "Y al ladito del mar, con el Corte Inglés al lado... También estoy muy contenta con la zona", comenta. Ante la imposibilidad de clavar puntillas para colgar cuadros, ella ha encontrado la solución con los cuelga fácil. "En siete años no voy a tener la casa sin decorar. Ojalá la pudiera tener a mi gusto".

Hay vecinos que su realojo se ha convertido en definitivo al haber desaparecido su anterior vivienda o por haber llegado a un acuerdo con la Junta de Andalucía, como Juan, que vive en el 1ºB de c/ América, 4 con su mujer y dos de sus hijos. Esta familia está muy contenta con su nueva casa, en la que llevan más de tres años.

Francisco García ocupa el 2ºD de c/ América, 20 con sus hijos y nietos. En total, siete personas. Sólo llevan una semana en esta vivienda. Vienen de la calle Tolosa Latour, donde han estado nueve años de realojo porque el dueño del piso en el que vivían en Santa María lo vendió a la Junta. Esta lo derribó y ha construido pisos de 2 habitaciones, y ya no caben allí. Están contentos con la casa de Astilleros, pero las habitaciones son más pequeñas que las que tenían antes y por eso, "estamos intentando conseguir otra que se adecue a nuestras condiciones".

Estas son sólo algunas de las muchas familias viven fuera de sus barrios de forma provisional, que a veces se convierte en definitiva.

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