Lo fácil sería hablar reinvención o de emprendimiento a consecuencias de la crisis del coronavirus, pero sería mentir. Con la reapertura de las puertas de la histórica taberna Casa Manteca, ubicada en el corazón de la Viña, sus propietarios Tomás y Pepe Ruiz comentaron a este periódico que tenían la intención de iniciar, en fechas próximas, un nuevo experimento: la venta a domicilio.

Comer productos del Manteca sin estar en el Manteca no tiene el mismo encanto. Pepe Ruiz lo sabe y lo reconoce con un "por supuesto", pero ellos van más allá y piensan en otros perfiles. "No sé, pensamos en ese turista que quiere probar alguno de nuestros productos, por ejemplo, a la hora de cenar y está alojado en un apartamento de la ciudad y tiene niños pequeños o ese día salta un poniente que les impide sacarlos a la calle". Ese es el perfil al que apunta esta idea de los hermanos Ruiz, hijos del mítico, Pepe Ruiz 'El Manteca'.

Pero realmente confiesan que la idea de vender a domicilio no ha llegado de la mano del coronavirus, a pesar de que el virus ha demostrado que el envío a domicilio de casi cualquier producto ha llegado a nuestras vidas para instalarse de manera definitiva, sino que ya cuando hace tan sólo unos meses inauguraron el freidor, ya contemplaban esta idea de llevar sus productos hasta la casa de sus potenciales clientes.

La intención es vender todos los productos del freidor y buena parte de la carta de la taberna

De hecho, según nos indica Pepe Ruiz, el freidor cuenta ya desde sus orígenes con una ventana que da a la calle Patrocinio desde la que se pretende servir el producto al motorista que se encargará de hacer llegar sus exquisiteces a domicilio.

La intención es vender así todos los productos del freidor así como buena parte de los artículos de la taberna, de las que destacan, como no puede ser de otra manera, sus chicharrones o su queso con mermelada de payoyo. 

Tanto Tomás como Pepe quieren insistir que, a pesar de esta idea, no quieren dejar de lado su premisa de que, por encima de cualquier tendencia, "la calidad y conservación de nuestros productos está por encima de todo". De esta manera se han visto obligados a delimitar una franja imaginaria en la ciudad que hará que sus productos tan sólo se podrán llevar hasta una línea imaginaria que atravesaría la ciudad desde la zona de Asdrúbal hasta más o menos el barrio de Astilleros. 

El motivo no es caprichoso ni nace con la intención de crear una brecha innecesaria. "Queremos que nuestro motorista no tarde más de diez minutos en hacer llegar nuestros productos hasta la mesa del cliente para evitar que se enfríe si es algo caliente o que se moje o pierda calidad. Eso sí sería imperdonable".

Aún no tienen una fecha para iniciar este servicio para la intención de los hermanos Ruiz es ponerlo en práctica cuanto antes. Mientras tanto, trabajan en poner en pie, de nuevo, sus negocios tras el parón forzado por la crisis del coronavirus.

Por otra parte, durante la reapertura de la taberna, José Ruiz dejó caer que estaban esperando la autorización por parte del Ayuntamiento para poder ampliar su terraza y así poder acoger a más público y compensar, en la medida de lo posible, el recorte en el aforo impuesto por la norma sanitaria "que, por supuesto, está por encima de todo". La intención de estos empresarios gaditanos es ubicar algunas mesas en la calle San Félix, en una zona utilizada hasta ahora para el aparcamiento de motos. Pero ahí siguen esperando la confirmación que podría llegar en breve.