Calzados Vasconia o el enésimo adiós del comercio tradicional
Abrió en 1940 y en épocas de bonanza económica llegó a tener siete empleados Su propietario se jubila después de 46 años tras el mostrador
Calzados Vasconia se une a la lista de comercios tradicionales que desaparecerán del paisaje del centro. Se encuentra en liquidación para cerrar sus puertas en la calle Compañía, aunque el hecho de que seguirá siendo una zapatería, con un aire más moderno, al menos deja un poso de felicidad a su actual propietario, Francisco Guitián Albertos, que se jubila después de 46 años en un local que abrió su tío Victoriano Díaz de Tuesta Salazar en mayo de 1940.
El tío Victoriano, después de dejar su trabajo en la farmacia de la Cruz Verde, abrió Vasconia, que debe el nombre a su procedencia vasca, como almacén de zapatos donde predominaban las botas de trabajo, las alpargatas y el calzado para los hombres del campo, vendiendo mucho género a los pueblos de la provincia. Pasó a ser una zapatería al uso y fue en 1968, antes de hacer la mili, cuando entró a trabajar Francisco Guitián, que recuerda tiempos de bonanza económica en los que Vasconia llegó a tener hasta siete trabajadores, entre ellos el conocido corista viñero Basilio Ruiz. Incluso la empresa llegó a abrir dos sucursales en Alcalá de los Gazules y Osuna (Sevilla).
El número de empleados fue decreciendo hasta quedarse Francisco en solitario. Pero aclara que cierra por jubilación más que por la crisis. "Hemos aguantado muchas épocas malas y todas las hemos superado. Ahora es verdad que la tarta está muy repartida y el producto chino es una competencia feroz, aunque sea pan para hoy y hambre para mañana. Es difícil vender calidad a un precio muy barato", explica Guitián. Ni siquiera los cruceristas son lo que eran. "Hace seis o siete años venían en los barcos turistas más poderosos que se llevaban los zapatos de tres en tres pares. Eso sí, siempre han venido buscando zapatos españoles de calidad y no quieren género chino", comenta.
Al menos le queda el consuelo de que el local que deja seguirá vendiendo zapatos, probablemente a principios de octubre. "Es un buen sitio en el centro y con la clientela ya habituada a ver aquí una zapatería", concluye.
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