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Proyectos fallidos para la ciudad

Cádiz siempre pierde

  • Altadis anuncia en Sevilla una gran operación público-privada para dinamizar su fábrica de tabacos, cerrada en 2007

  • Las instalaciones en Cádiz languidecen en manos públicas a la espera de proyectos que no llegan

Una de las naves del complejo de Altadis en la Zona Franca de Cádiz.

Una de las naves del complejo de Altadis en la Zona Franca de Cádiz.

El sino de Cádiz parece ser lamentarse de los proyectos fallidos, soñar con anuncios que no llevan a ninguna parte y llorar por su suerte, o por su rematadamente mala suerte, mientras ve cómo el vecino sale adelante. Así lleva ocurriendo durante décadas, salvo las contadas excepciones del soterramiento o el nuevo puente; y así ha vuelto a ocurrir hace unos días, cuando Sevilla ha dado a conocer la gran operación que Altadis ha cerrado con la fábrica de tabacos de la capital hispalense, situada en el barrio de los Remedios.

En el año 2007, a falta de tres días para finalizarlo, cerró Altadis esta fábrica de Sevilla que ahora anuncia su resurgir de la mano de una macrooperación público-privada que convertirá este enorme espacio, una miniciudad de 35.000 metros cuadrados situada junto al río Guadalquivir, en un motor económico, de empleo y de espacios libres para los sevillanos. No en vano, se anuncia la construcción de un hotel de lujo de cinco estrellas con 200 habitaciones, que generará 300 empleos, dos aparcamientos subterráneos, equipamientos de uso público, o una nueva plaza pública; entre otras características de este plan en el que intervienen arquitectos de prestigio (Carlos Ferrater, Kengo Kuma o Guillermo Vázquez Consuegra) y que pretende estar listo en el año 2024.

Boceto del proyecto para la fábrica de tabacos de Altadis en Sevilla. Boceto del proyecto para la fábrica de tabacos de Altadis en Sevilla.

Boceto del proyecto para la fábrica de tabacos de Altadis en Sevilla.

Con esta operación, Altadis cierra una herida abierta en 2007 cuando decidió abandonar la fábrica de Sevilla. 14 años de espera que se ha saldado con una venta del equipamiento cuyo importe no ha trascendido y con un proyecto que, entre otras características, ha contado también con el respaldo unánime del pleno del Ayuntamiento.

Todo lo que rodea a la fábrica de tabacos de Sevilla desprende una humareda bien distinta al escenario que Altadis dejó en Cádiz. No una fábrica, sino dos diferentes tenía la empresa tabaquera en la ciudad; dos megacomplejos sobre los que ya no tiene ninguna vinculación (a excepción de una pequeña pastilla en Loreto para levantar dos bloques de viviendas) porque fueron rápidamente absorbidos por las administraciones públicas. Hasta el día de hoy…

En el año 2008 Altadis entregó al Ayuntamiento los antiguos depósitos de tabaco para el desarrollo de un proyecto que realmente nunca tuvo una base sólida ni unas ideas claras. De hecho, salvo un mínimo paréntesis de varias semanas, todo el completo de Loreto (43.382 metros cuadrados, que se dice pronto en una ciudad sin suelo) mantiene hoy cerradas sus puertas, a la espera de la Edusi y de la Junta de Andalucía. Los antiguos depósitos son unos edificios enormes, amplios, destacados desde el punto de vista arquitectónico y patrimonial, cuya explotación no ha encontrado en todos estos años una idea irremplazable.

Así las cosas, la última ocurrencia pública pasa por mezclar en el mismo complejo los equipamientos necesarios para una Ciudad de la Justicia que a priori nace con menos metros cuadrados que los realmente necesarios y repartidos entre varios edificios, y un centro cultural, social y de usos públicos (bibliotecas, salas de estudio, ludoteca, sala de coworking, espacio para conciertos, exposiciones…) cuyas obras se anuncian ahora para el año 2022.

Peor suerte ha corrido hasta el momento la otra fábrica que Altadis tenía en Cádiz, la última que dejó de usar cuando se marchó definitivamente de la ciudad el 30 de abril de 2014, la de la Zona Franca. Un enorme complejo de 140.000 metros cuadrados que fue rápidamente adquirido por el consorcio estatal de la Zona Franca para ampliar el recinto fiscal. 37,5 millones de euros pagó el ente estatal a Altadis por el suelo, que necesitaba otros 20 millones de euros para modernizarlo y adaptarlo al nuevo uso que nunca llegaron.

A partir de esa operación, ha llovido toda una cascada de novios, anuncios e intentos por hacerse con parte de esos terrenos de Altadis, que a día de hoy languidecen sin actividad y sin futuro. Genius Tobbacco Company, Torrot (que iba a invertir 12 millones de euros y crear 200 empleos), López Cano (que iba a implantar allí una clínica a la que se opuso el Ayuntamiento y que hoy busca más metros cuadrados en el Estadio ahora llamado Nuevo Mirandilla), Friking (que llegó a establecerse en una nave de 4.000 metros cuadrados que ya ha abandonado), Bayport (que frenó su operación de traslado a la Zona Franca) o LTK (la última en cerrar y marcharse de la Zona Franca) han sido algunos de los nombres vinculados a esa enorme cantidad de suelo que hoy, como en 2014, sigue siendo toda una incógnita.

Hasta 200 millones de euros se va a invertir en resucitar para Sevilla la fábrica de tabacos que cerró en 2007. En Cádiz, las inversiones previstas se limitan en el caso de los depósitos de Loreto a unos 2,2 millones que costeará en cuatro años la Junta de Andalucía para la Ciudad de la Justicia, y otros 5 millones para el equipamiento económico, social y cultural de la otra mitad de los depósitos de Loreto que se financiarán con la Edusi; y en el caso de la Zona Franca a esos 20 millones que nunca se invirtieron para la ampliación del recinto fiscal. Cádiz ha vuelto a perder.

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