Si no eres de Cádiz ni ná

'Kichi' es un hijo de la emigración. Nacido en Rotterdam, no siente pasión por el Feyenoord, porque él es carnavalero, de La Viña y del Cádiz

Si no eres de Cádiz ni ná
Pedro Ingelmo Cádiz

31 de mayo 2015 - 01:00

ZAPATILLAS de deporte New Balance de esas que no sirven para hacer deporte, grises de tanto uso, un zarcillo en cada oreja, discretos los zarcillos, camisa de manga corta por fuera de los tejanos pitillo desgastados, pelusa en la cara que no llega a ser barba de dos dos días, fumador de tabaco de liar... Lo que llamaríamos un torpe aliño indumentario machadiano del siglo XXI, pero quizá un aliño buscado. A sus pies tiene una mochila infantil porque luego tiene que ir a recoger a sus dos niños, de cinco y dos años, que se emboba hablando de ellos. José María González 'Kichi', posible alcalde de la ciudad tras 20 años de hegemonía de Teófila Martínez, no parece un hombre coqueto, no parece un político, no parece muchas cosas y, sin embargo, se parece a muchas otras. Él diría que es gente, gente normal, que gente normal somos todos con todas nuestras anormalidades. Hemos quedado para tomar un café en una terraza que mira a la playa de Santa María del Mar, a la sombra del pirulí. "El otro día caminaba hacia el centro por el paseo, en este mismo sitio, a esa hora en la que cae el sol, y de verdad que me decía pero qué bonita es esta ciudad, qué bonita es".

Aunque él no nació en esta ciudad, siguiendo el dicho de Max Aub de que uno es de donde estudió el bachillerato, 'Kichi' es de Cádiz porque aquí estudió el bachillerato. La cuestión es que él nació en Rotterdam, allá por Holanda, y me dice el nombre de la calle, pero no lo puedo reproducir porque la dirección está llena de consonantes. Y le digo que me diga palabras en holandés y me dice unas cuantas, no muchas, porque no sabe holandés. Se fue de allí con cuatro años, en el 79, y volvió después, ya hecho un hombre, a la casa donde nació "porque en Holanda se nace en las casas y te mandan la asistencia a domicilio". Llamó al telefonillo y una holandesa muy simpática puso cara de sorpresa ante ese español que le decía que él vino al mundo en ese lugar.

La historia de los padres de 'Kichi' se repitió miles de veces. Él, soldador de La Viña; ella, asistenta del hogar del barrio de Santa María, se fueron a hacer mundo a principios de los 70 en una de esas crisis continuas del astillero gaditano. Y su padre pensó que el mejor sitio sería un lugar donde hubiera un puerto en el que soldar barcos. Y Rotterdam es uno de los mayores puertos de Europa. 'Kichi' tiene fugaces recuerdos de aquella ciudad, pero no siente pasión por el Feyenoord, el equipo de la localidad, porque él es de Cádiz, se siente de Cádiz y tiene clavado aún los días de colegio, de vuelta a La Viña, en la que los compañeros se reían de él y le decían "pero si tú no eres de Cádiz ni ná".

Tampoco es que sea un trauma que no haya superado. Más bien todo lo contrario porque pocos tipos más de La Viña te vas a poder encontrar, carnavalero de pro, de las huestes de Jesús Bienvenido. Y del Nazareno, herencias de la infancia. Su ánimo social, su espíritu Robin Hood, nace en una parroquia, en la iglesia de La Pastora, donde conoce a su héroe, que no es ni Marx, ni Trotski, ni Lenin, ni Gramsci, sino el padre Araujo, "que descargaba cajas de pescado para ganarse un dinero con el que ayudar a los vecinos más necesitados". Uno de esos curas de barrio tan extraterrestres para la curia.

Dice que de joven, la época en que llegó Teófila a la alcaldía, la alcaldesa de casi toda su vida, fue de golfo lo normal y reconoce que no es un santo como canta en su copla estrella de su comparsa, de la que es integrante. Sólo escucha carnaval en Carnaval, el resto del tiempo escucha mucho flamenco y algo de rock, aunque a quien me menciona es a Police, prueba de que no está muy al día en la materia.

Estudió Historia en la UCA, sin moverse mucho de casa, y luego se hizo profesor y sí que se movió. Estuvo dando clases nueve años por toda Andalucía. "Menos en Huelva he estado en todas las provincias". Su destino, antes de liberarse para el sindicato Ustea, está en Tabernas, Almería, "un lugar increíble, que te ibas a desayunar y te encontrabas en el bar a tipos vestidos de cowboy. Era dar clase en el western, pero los niños eran magníficos. Los niñós de pueblo son muy sanos".

Admite lo mal visto que está eso de ser liberado sindical y me reconoce que no son muy populares entre los compañeros. "La misma palabra liberado... pero yo no sé en otros, en este sindicato se curra un montón. Y es algo necesario, alguien tiene que hacer ese trabajo". Sólo le quedaba un año como liberado y asegura que volverá a las clases, que es su profesión, cuando acabe su etapa política. Jura que no se eternizará.

Pareja de Teresa Rodríguez, mantiene, afirma, una magnífica relación con su anterior compañera, la madre de sus hijos. Y nos reímos porque nos hemos derivado al Sálvame y, como se sabe, los holandeses son muy celosos de su vida privada. Aunque el holandés sea de Cádiz, que los holandeses son de donde les da la gana.

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