El 4 de septiembre de 2001 este periódico publicaba la siguiente noticia: “Luz verde para un hotel cuatro estrellas en el centro”. Casi dos años y medio después (el 19 de febrero de 2004) abriría al fin sus puertas con categoría de tres estrellas bajo el nombre de Las Cortes de Cádiz.

La próxima semana, pues, se cumplirá el decimoquinto aniversario de la inauguración de este hotel que dirige desde entonces Josefa Díaz. Por ello, se ha programado una serie de actos desde las doce de la mañana hasta las seis y media de la tarde para abrir el edificio a los gaditanos y que formen parte de esta celebración.

Cuando Pepa, como es conocida esta empresaria gaditana, se hizo cargo del hotel, tuvo claro la temática que quería que siguiera. “Tenía que ser algo relacionado con 1812 porque el edificio es de aquella época. Así que me fui al archivo y descubrí que fue una casa de pupilaje, la Fonda París, los juzgados, la casa del alcalde Emilo Beltrami y de su abuelo, para pasar al final a ser el hostal Imares”.

Cada una de las habitaciones lleva nombres de personajes que jugaron papeles relevantes en la proclamación de la Constitución de 1812 así como de paisajes de la ciudad, y también cuelgan de sus paredes obras de arte relativas a aquel histórico momento. “Queríamos aprovechar para que los clientes conocieran nuestro pasado y a la vez transmitir un mensaje de calidad, calidez y excelencia. Creo que lo hemos conseguido”, explica Pepa.

La efeméride del Bicentenario en 2012 fue, sin duda, un momento culmen para el hotel, que alojó a “diputados, cónsules y presidentes de Hispanoamérica. Lo vivimos a tope”, relata la directora.

Una de las cosas de las que se sienta más orgullosa esta empresaria es del equipo de profesionales que forman parte de la plantilla. “El personal es prácticamente el mismo desde que abrimos, ha habido pocos cambios. Empezamos con 13 y ahora somos 22. Lo que más valoro es que sientan que todo esto es suyo y no son solo empleados. Al trabajador hay que protegerlo y para ello contamos con el puntal de esta empresa que es su gerente, Natalia Aguilera”.

Esa atmósfera cálida y cómoda, casi familiar, se intenta trasladar también al huésped, apunta Pepa. “Los turistas lo que más buscan son las sensaciones y en sus caras se nota la sorpresa que se llevan nada más cruzar la puerta, porque no pensaban encontrarse con un hotel así”.

En el vestíbulo se puede ver una reproducción de la ‘Promulgación de la Constitución de 1812’ de Salvador Viniegra.

Aunque han notado un aumento del número de clientes extranjeros en los últimos años, la directora del alojamiento se muestra especialmente orgullosa de haber conseguido invitar a los vecinos de Cádiz a que conozcan y disfruten de sus instalaciones. “Este hotel está presente para los gaditanos. Cuando alguien pregunta cómo llegar, les contestan que es el hotel de la Pepa y les acompañan hasta aquí. Pero no se quedan sólo ahí. Creo que hemos conseguido romper ese techo o esa frontera de que no se puede entrar en un hotel porque es caro o es solo para turistas. Aquí vienen muchos gaditanos para tomar café o para leer el periódico cada día y eso ha sido gracias al personal, al grupo. Ese es nuestro principal logro”.

Ese objetivo de que el establecimiento forme parte de la vida de la ciudad se consigue también con la organización de exposiciones, presentaciones, charlas... “Ahora hemos creado un certamen literario dedicado a Hans Christian Andersen, que durmió aquí durante su viaje por España en 1862. Es otra manera de abrir las puertas y de invitar a la sociedad gaditana”, afirma Pepa. Además, la celebración del decimoquinto aniversario de la inauguración contará con actos durante buena parte del día “para que nadie diga que no puede venir”.

Entre sus proyectos de futuro, Pepa Díaz apuesta por instalar una piscina en la magnífica terraza ubicada en la azotea y abierta al público con la que cuenta el edificio. Todo ello para conseguir que la empresa siga sumando años y que la ciudad siga creciendo en turismo. “Cádiz está de moda y hay muchos inversores que quieren venir aquí. El mejor lugar del mundo es Cádiz y cuando digo Cádiz hablo de su provincia. Lo bueno que tiene el gaditano es su carácter, pero no sabemos vendernos. Aún nos falta creérnoslo”.