Gadesport, ahora Cádiz-Port, presidido por el empresario gaditano Rafael Fernández, lleva años “vendiendo” un puerto con tren o con altas posibilidades de tenerlo. Así se han llevado “vendiendo” humo por culpa de los retrasos de las distintas administraciones involucradas que le iban poniendo fecha a un proyecto que, al final, ha puesto la cara colorada a más de un empresario. A pesa de ello, “tras años de reivindicaciones, nos llena de alegría saber que al fin se va a materializar la puesta en marcha de un proyecto crucial para el futuro desarrollo portuario y económico de toda la Bahía”. Así se expresa el empresario en nombre de Cádiz-Port.

Para los miembros que conforman esta asociación, la llegada del ferrocarril convertirá al recinto portuario de La Cabezuela-Puerto Real, y en consecuencia al puerto de Cádiz, en un “fuerte competidor”. Permitirá al puerto de Cádiz crecer en importación y exportación, “además de darnos la oportunidad de conseguir nuevos tráficos”.

También, según estima Fernández, “brindará a las empresas ubicadas en el recinto y a aquellas que se sumen, la oportunidad de operar desde Cádiz como punto de entrada y salida de sus mercancías, así como su transporte a largas distancias, ya que al ser transportadas por ferrocarril, sus costes se abaratarían considerablemente.

Aun así, Cádiz-Port considera que la llegada del ferrocarril “no es condición suficiente, sino, necesaria”. Por una parte, “para consolidarnos como un puerto fuerte y competitivo, y por otro lado, para cuando en un futuro, que esperamos sea próximo, llegue la vertebración del ferrocarril como medio de transporte, estemos preparados. Además, no podemos olvidar mencionar el valor añadido por las garantías medioambientales que esto supondría”.