-¿Qué busca con 'Los gadiritas'?

-Buscamos un cambio radical en el registro, el disfraz, las intenciones del personaje. El aliciente de intentar sorprender y que el público esté a la expectativa con la comparsa. No es mi estilo hacer una comparsa similar a la anterior, manteniendo la fórmula porque haya funcionado en este caso con 'La canción de Cádiz'. No queremos acomodarnos, como hemos demostrado estos años. Creo que los aficionados agradecen los cambios que hacemos de un año a otro.

-Arranca con un primer premio en la espalda. Eso sí que es presión, aunque a usted ya le ha ocurrido varias veces.

-Realmente yo, como autor, parto de cero. Otra cosa es lo que espera el público. Entiendo que 'La canción de Cádiz' fue especial para muchos y competir contra eso será complicado, pero no me planteo 'Los gadiritas' como una presión y sí como una nueva posibilidad de divertirme haciendo la comparsa.

-Pasan los años y no cesan el paro, la corrupción, los malos tratos... Debe ser complicado para un autor sentarse a escribir algo novedoso.

-Son temas recurrentes y que se repiten, por desgracia. Llevo toda la vida escuchando coplas al paro, que es crónico en esta ciudad. Y claro, habrá que seguir cantando estas cosas, pero siempre buscando la originalidad. Yo crecí en un Carnaval donde los autores escribían otro tipo de cosas aparte de las noticias diarias. Y si tocaban la actualidad, lo hacían de forma original. Se están haciendo pasodobles con sangre, sin cuidar las formas, con palabrotas, y lo que se habla en la barra de un bar traspasado a un pasodoble carece de sensibilidad y calidad.

-Confía usted en el mismo grupo y el mismo director, Jose Otero, que los últimos años. Esto, en comparsas, es ya algo raro. ¿Se ha perdido el concepto de fidelidad?

-El Carnaval que conocí era el de los grupos míticos de comparsas que se llevaban juntos muchos años. En mi comparsa, los cambios son, casi siempre, por temas laborales o personales de componentes en concreto. Este grupo al que hemos dado forma poco a poco, con Jose Otero, el director, a la cabeza, me llena. Estoy muy contento con él. Siempre fui de grupos fieles. Primero con el que empecé en juveniles y llegué hasta 'Los aprendices' en 2003 y luego con Ángel Subiela estuve cuatro años.

-No estará Antonio Martín y por segundo año consecutivo los Carapapas, aunque vuelve Juan Carlos Aragón. ¿Qué espera del COAC 2015?

-Como siempre, un nivel alto. Se echará de menos a los Carapapas, a los que tengo mucho cariño y sigo considerando que deberían estar en el Concurso, y a Martín, que es un referente para nuestra generación. Pero nadie es imprescindible y eso se demuestra cada año. La calidad la dan el Concurso y la competición, no los nombres. Para mí lo principal es el Concurso, de lo contrario no me sacrificaría haciendo una comparsa. El Concurso es algo nuestro, ¿por qué rechazar una cosa que aman e idolatran allá donde vamos a cantar?

-Sigue usted tomándose con tranquilidad el inicio de los ensayos, por lo que se ve.

-Siempre hago lo mismo. Empiezo a plantear la comparsa a comienzos de octubre y empezamos en la tercera semana. Al final, el 90 por ciento de las agrupaciones pierde un mes de ensayo. Prefiero currar con más intensidad con el Concurso a la vista. Y en el mes de Concurso hago siempre tres o cuatro pasodobles. Me motiva la competición.