Muchos de los bolardos antiterroristas que se colocaron hace dos años en distintos puntos de Cádiz, para evitar atentados similares al cometido en Las Ramblas de Barcelona, han dejado de cumplir su función porque han sido desplazados de su ubicación inicial y dejan ahora hueco suficiente para el paso de vehículos, lo que supone la pérdida de su objetivo principal.

En Cádiz, estos bloques de hormigón fueron colocados en la plaza de San Juan de Dios, en varios de sus puntos, en la plaza del Palillero y en la calle Ancha, en su entrada por la plaza de San Antonio.

Es en la calle Ancha donde se hace más evidente la ineficacia de estos bloques de hormigón, que han sido movidos de su lugar para permitir el paso de algunos vehículos comerciales y de servicio, sin que se hayan vuelto a colocar en el lugar para el que fueron pensados.

Incluso en enero de 2018, la comisión de gobierno del ayuntamiento de Cádiz anunció la compra de seis pilonas escamoteables para sustituir a algunos de los bloques situados en esas zonas. La idea era que se pudieran abatir cuando fuera necesario el paso de algún vehículo.