Hay un refrán marinero que adquirió con el tiempo rango de ley: “Barco a la capa, marinero a la hamaca”. Es fácil de traducir, ya que quiere decir que cuando el barco está capeando, es decir, en una posición en la que con mal tiempo se mantiene con la amura (su lado más ancho) hacia la mar, hay poco que hacer , así que toca descansar.

Fue esta máxima en la que el comandante del crucero Carnival Cruise Line le llevó a arrimarse al cantil de la nueva terminal de contenedores a la espera de que mejorara la climatología antes de tener que enfrentarse a ella.

Debería haber iniciado su travesía del Atlántico el mismísimo 6 de febrero, nada más terminarse su puesta a punto en la factoría gaditana de reparaciones de Navantia en Cádiz, pero no pudo ser así. El temporal lo impidió y este retraso le ha provocado un desajuste de su cronograma y consecuentemente ha terminado obligando a la Carnival a indemnizar a muchos de sus clientes por este pequeño descontrol.

Pero lo peor no es sólo eso sino que desde la Naviera no han explicado lo ocurrido sino que tan sólo hablando de “un ligero retraso en la salida del astillero de Cádiz”, sin dejar claro que la factoría nada tuvo que ver en este retraso sino que fue la climatología y una sabia decisión por parte del capitán del buque lo que les llevó a atrasar su salida.

Así, como resultado del retraso, el itinerario del crucero se ajustó y ahora realizará un viaje de dos días a las Bahamas, con una visita a Nassau. Carnival Cruise Line se ha disculpado por el inesperado cambio de planes y ha anunciado que los pasajeros afectados recibirán un reembolso de un día de sus tarifas de crucero, así como un crédito a bordo de 50 dólares por persona.

A pesar del retraso, Carnival Cruise Line está trabajando para garantizar que los pasajeros sean compensados por cualquier inconveniente causado por el aplazamiento de la salida del Carnival Vista.