tribunales.| vista oral a un grupo de dominicanos procesados por un robo violento

La Audiencia envía ahora a prisión a la acusada que asistió libre al juicio

  • La Fiscalía dice que Maribel M. facilitó unas llaves de la casa asaltada a los miembros de la banda

Uno de los acusados a su entrada en el Palacio de Justicia procedente de prisión.

Uno de los acusados a su entrada en el Palacio de Justicia procedente de prisión. / jesús marín

La Audiencia Provincial de Cádiz ha ordenado el ingreso en prisión de Maribel M., una de las procesadas por formar parte de un grupo criminal que perpetró un robo violento en Cádiz en noviembre de 2015. Esta mujer de nacionalidad dominicana, que hasta el momento se encontraba en libertad bajo fianza, está acusada de proporcionar a los miembros de la banda información sobre la vivienda asaltada y facilitar una copia de las llaves de la misma.

Ayer, una vez que declararon todos los testigos y peritos en la última sesión del juicio, el fiscal y la acusación particular solicitaron la revisión de la situación personal tanto de Maribel M. como de Isolina S., ambas procesadas y en libertad desde que sucedieron los hechos enjuiciados y que ahora han quedado vistos para sentencia.

El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cádiz, presidido por el juez Manuel Estrella, acordó entonces encarcelar a Maribel M. por existir riesgo de fuga. Esta acusada se suma así a los otros tres procesados que se encuentran en prisión preventiva desde enero de 2016: Santos S., Leonardo B. y Cristian T..

Por otra parte, el fiscal modificó sus conclusiones provisionales y al delito que planteó inicialmente de robo con violencia en casa habitada y uso de instrumento peligroso, añadió la agravante de disfraz (dado que los asaltantes iban encapuchados). La acusación pública sumó también a su calificación definitiva otro delito de robo con violencia contra la asistente de la propietaria de la casa.

testifical

Durante la vista oral celebrada ayer en el Palacio de Justicia gaditano, prestó declaración la dueña de la vivienda asaltada. Sensiblemente afectada y detrás de un biombo, esta mujer de 71 años testificó que, tras ser operada de la rodilla, se trasladó a vivir una temporada a la casa de su hija, donde trabajaba la acusada Maribel M. como empleada del hogar. La víctima del robo explicó que Maribel no era especialmente atenta con ella y que le interrogaba de manera insistente por dónde vivía.

El día del suceso esta testigo -que ya había vuelto a residir en su domicilio- dijo que recibió una llamada de Maribel preguntándole si estaba sola, a lo que ella contestó que se encontraba con su asistente, M. "Entonces me colgó".

La dueña manifestó que acto seguido escuchó que alguien abría la puerta de su domicilio. "Creía que era mi marido". En ese momento, afirmó, entraron dos hombres encapuchados que le quitaron el móvil y rompieron el teléfono fijo.

"Me ataron de pies y manos. A mi asistenta igual. A ella además le taparon la boca con cinta de embalar", señaló la mujer, que siguió relatando su versión de lo sucedido. "El más bajito nos llevó a un sofá. No nos dejaba solas y hablaba todo el tiempo por el móvil. El más alto subía y bajaba las escaleras buscando objetos de valor hasta que encontró la caja fuerte anclada en el armario del dormitorio principal. Me pidió el código de seguridad y le dije que no. Entonces me pinchó fuerte con el cuchillo y me amenazó con cortarme un dedo".

Como quiera que la dueña no facilitó a los ladrones el número de acceso a la caja fuerte, intentaron presionarla aún más: "Cogieron una foto de mi marido y me advirtieron que lo iban a matar".

Según la testigo, en un momento dado los asaltantes abandonaron la casa y ella consiguió liberarse gracias a la ayuda de su asistenta, que se quitó las cuerdas de las manos con la boca. Se asomaron a la ventana de la cocina y pidieron a una chica que pasaba por allí que avisara a la Policía.

A raíz del robo, esta mujer de 71 años dice que sufre episodios de ansiedad, que recibe tratamiento médico y que no quiere salir a la calle.

También testificó ayer la empleada del hogar de la dueña del inmueble robado. M. corroboró el mismo relato del suceso que ofreció la titular de la casa. "Nos decían que no chilláramos, que iba a ser peor". La situación llegó a ser tan tensa que "pensé en saltar por el balcón para pedir ayuda".

Tras su declaración, M. identificó a uno de los acusados, Leonardo B., como uno de los autores del robo violento. Lo hizo detrás de una puerta. No se sentía con fuerzas para encontrarse con él cara a cara. Es la segunda vez que M. señala a Leonardo. La primera vez lo identificó en un reconocimiento fotográfico de la Policía Nacional. Ayer lo hizo en persona. M. manifestó que el día de los hechos le vio el rostro porque se quitó el pasamontañas.

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